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Alcalá la Real

Los cultivos alternativos siguen suponiendo apenas el 17% del terreno cultivado en Alcalá

Pese a que el olivar sigue ocupando casi el 83% de las tierras cultivadas del municipio, se estima que hay ya más de 1.000 hectáreas de espárrago

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  • Pistachos, en una finca de Alcalá. -

 

Pese al avance en la diversificación de la agricultura en nuestro término municipal en los últimos años, el monocultivo del olivar sigue representando más del 82,7% de las tierras cultivadas en el municipio. Así se desprende de la información proporcionada desde UPA, que cita fuentes de la Delegación Provincial de Agricultura y Desarrollo Rural. En concreto, en estos momentos el olivar ocupa en el término municipal algo más de 16.200 hectáreas, de las que unas 14.800 son de secano y aproximadamente 1.380 de regadío.

En palabras del presidente de UPA Alcalá, Cristóbal Cano Gallego, “el monocultivo del olivar apenas se ha reducido a lo largo de las dos últimas décadas; lo que sí ha ocurrido es que cultivos como el espárrago han ido sustituyendo al cereal, que era muy abundante en Alcalá, pero que dejó de ser rentable. Esa rentabilidad ha pasado a ser proporcionada por el espárrago, que ocupa ya más de 1.000 hectáreas en nuestro municipio, y en menor medida por el pistacho, que cuenta ya con más de 100 hectáreas ocupadas”.


“El 80% de la superficie que ocupaban cultivos de cereales de pan llevar, o de invierno, como la cebada para el ganado, se ha reconvertido a espárrago verde, que está dando un buen resultado, tiene unos precios bastante estables, y es además un cultivo muy social, ya que crea muchos puestos de trabajo”, apunta el responsable local de la Unión de Pequeños Agricultores.

Esta gran dependencia del olivar vuelve a situarnos ante un problema en una campaña como la que tenemos por delante, y que puede pasar a la historia como la más catastrófica que se recuerda. En concreto, también según los datos de UPA, la producción podría caer más de un 80% respecto a la media habitual, y apenas se generarán jornales. Uno de los grandes riesgos de una sequía tan prolongada es que no solo se pierda esta cosecha, sino también la siguiente. “Un olivo es, al fin y al cabo, una fábrica de aceite, y necesita agua en el subsuelo. El olivo rinde el fruto con lo que crece el año anterior, y este año está creciendo muy poco. Simplemente se ha mantenido, pero sin cosecha”, alerta Cano Gallego.

 

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