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Juan Antonio Martín: "creo que el cambio al sábado ha sido un acierto"

"Nuestro principal objetivo es arreglar la Casa Hermandad y esperemos que este año lo podamos tener terminado"

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Juan Antonio Martín es el Hermano Mayor de la Hermandad del Santo Entierro tras su reelección en el cargo en 2022. Su Hermandad fue fundada el 9 de diciembre de 1617 bajo la Cofradía de la Soledad, aunque un período de crisis azotó las bases estructurales provocando una reorganización de la misma el 15 de abril de 1956. La Hermandad del Santo Entierro, con sus dos titulares (la Soledad y el Santo Entierro), había establecido su estación de penitencia el Viernes Santo, sin embargo, desde el año pasado decidieron cambiar la fecha al Sábado Santo.

¿Consideras que el cambio de fecha al sábado supone una mejoría?

Yo creo que ha sido un acierto, tanto para nosotros como para la Hermandad de la Vera-Cruz. El tener esos roces en las esquinas y coincidir en tiempo-espacio suponía una constante coordinación entre ambas hermandades. Teníamos reuniones para evitar entorpecer los itinerarios de unos y otros. Por lo tanto, creo que nos viene bien tanto a ellos como a nosotros. Además, el año pasado tuvimos suerte porque fue un día estupendo con calor y sin viento. En los años que llevo en la Hermandad nunca he visto que llegáramos con la cera gastada porque suele pillarnos días de viento o malos. El año pasado fue maravilloso en nuestro primer sábado.

¿Notas alguna evolución en la Semana Santa actual?

La verdad es que sí. Las hermandades vamos evolucionando y realizando cambios que ayudan a mejorar. Nosotros estamos dándole mayor seriedad al cortejo, intentando que la procesión vaya más seria, es decir, poco a poco vamos cambiando cosas que creemos que va a ayudarnos a crecer.

Hay un tópico en general de "tiempos pasados fueron mejores", ¿hay algo de la Semana Santa del pasado que recuperarías?

Nosotros hemos recuperado la suelta de las colas, normalmente en el pasado para la recogida soltábamos las colas.Una situación que se perdió, pero hemos querido recuperar. De todos modos no es tan fácil hacer cambios, hay que estudiarlo bien y tener cuidado con cómo se hacen.

Bien, profundizando un poco en su papel como Hermano Mayor, ¿cuál es la mayor dificultad del cargo?

Para mí lo más complicado es el trato con los hermanos porque por ejemplo esta Hermandad tiene una peculiaridad: todo el mundo quiere ir con la Virgen. Entonces es complicado porque todo el mundo no puede ir con la Virgen, evidentemente. Yo llevo 12 años yendo delante, siendo el Hermano Mayor, y no pasa nada, me pongo y punto. Cada uno va en el sitio que le toca. Además, vamos de penitencia, por lo que debería dar igual ir delante que detrás porque vamos a lo que vamos.

Ante estas situaciones, ¿crees que las hermandades necesitarían mayor formación?

Es evidente que sí. Pero, es muy complicado porque vivimos a un ritmo muy alto y cada persona tiene diferentes obligaciones. Es muy difícil. Se intentan hacer cosas, pero llevamos una vida demasiado acelerada y cuesta mucho trabajo.

Y con la complejidad que supone el ritmo de vida, ¿cuál es el grado de implicación de los hermanos del Santo Entierro?

Es verdad que tenemos un grupo muy bueno que colabora y trabaja en la Hermandad, pero nos gustaría que hubiese mayor participación que viniera a echar una mano y que comprenda que aquí se puede sentir cómodo con la gente, trabajando y, así, poco a poco ir creando un grupo bueno y grande. Porque incluso cuando tienes un grupo así, es más fácil la formación, pero volvemos a lo de siempre: todo es muy difícil. Los egos son muy difíciles de llevar...

Dando una vuelta de tuercas en el tema del compromiso de los hermanos, ¿cómo es el papel de la juventud en vuestra Hermandad?

Yo veo mucha gente joven. Este año llevamos alrededor de 24/25 niños en la 'babera'. Tenemos bastantes niños, también tenemos muchísimas mujeres en la Hermandad que se visten de hermana. A veces nos ocasiona problemas tener tantos jóvenes para encontrar quien lleve ciertas insignias que tanto pesan. Intentamos colocar dos personas para las insignias más pesadas para que puedan ir cambiándose si se encuentran cansados. 

Hablemos de tu cargo, ¿qué supone ser Hermano Mayor?

Supone un compromiso porque, a pesar de tener un grupo muy trabajador y bueno que me acompaña, ante cualquier problema eres tú la cara visible y el responsable. Pero tengo suerte de que no es una Hermandad complicada. Es una Hermandad fácil de llevar porque no solemos tener problemas y la gente se presta a colaborar.

¿Y qué es lo más gratificante?

Para mí es una satisfacción ir por la calle y que los más pequeños de la Hermandad te reconozcan y saluden. Además, cuando las cosas salen bien es muy gratificante. Por ejemplo, el montaje del triudo y el besamanos pues se ha hecho un gran trabajo del grupo de mayordomía... O cuando por la calle te felicitan y te dan la enhorabuena por el trabajo hecho también es gratificante.

Pasemos a dividir tu percepción de hermano de tu visión como Hermano Mayor, ¿cuál es el momento más disfrutado para ti en ambos casos?

Como Hermano Mayor me gusta mucho el día de la función principal porque tenemos la suerte de que acuden muchísimos hermanos y, también, el momento de la salida. Es lo que te digo, cuando salgo en estación de penitencia en el tramo del cristo al no llevar música se vive de una forma diferente y voy mejor.

¿Novedades para este año?

Tenemos dos donaciones de los hermanos. Una de ellas es anónima y se trata de un tocado que es una estola bordada en oro y plata sobre tul de seda del SXIX. La otra donación proviene de la familia Morales que ha querido regalar una mantilla negra cuadrada de chantillí de 1920 que es para la cama del Cristo. Además, de la restauración de las imágenes menores del paso Virgen, las que van en las capillas. 

Saliendo un poco del contexto inminente de la Semana Santa, ¿cómo es el día a día de la Hermandad?

La mayoría de los días estamos trabajando según la época del año: si es Navidad estamos con la lotería, si podemos coger una barra para sacar algo de dinero... Siempre durante el año estamos teniendo movimiento, a veces tenemos un mes y medios o dos meses en los que la actividad baja, pero por lo normal siempre tenemos algo porque hay muchos gastos. No solo los gastos para la Hermandad, también tenemos colaboraciones con Cáritas, con Asociaciones, comedores sociales... Entonces se necesita bastante dinero

¿Y los días previos a la salida?

Son días de mucho estrés, pero, por ejemplo, al salir el sábado, el triduo pascual es por la noche, entonces tenemos toda la mañana para montar el cortejo tranquilo que antes el viernes, la función era a las 17:00 hasta las 18:00 y la salida era a las 19:15. Ahora estamos más tranquilos.

¿Y los días de después?

Solemos venir al día siguiente por la mañana para limpiar la iglesia, si ha caído cera, rascarla del suelo... Además, nos ceden el Centro Seglar para que los costaleros puedan cambiarse y vamos el día después de procesionar para limpiar aquello. Vamos que no nos aburrimos.

¿Cuál consideras que es el punto más especial del recorrido?

Nuestro punto más especial es cuando la Virgen pasa por el arco del Ayuntamiento que este año debido a las obras no pasará por estar cortado. Esperaremos a otro año. A mí el año pasado me gustó mucho la recogida porque la plaza con las luces apagadas y la iluminación de las velas y la candelería ganamos en presencia. 

Mencionabas las obras, ¿cómo os ha afectado en vuestro itinerario?

Hemos tenido que cambiar, no cogemos la calle Mina este año. Este año pasamos por García Sánchez para evitar la valla de las obras, aunque por Aviador Durán se pueda coger. Así hemos decidido coger por García Sánchez y entrar por Castelar. Y el arco de la Villa, pues, cogemos Blas Infante hacia arriba y el arco de Regla al no poder pasar. Sin embargo, aún tenemos la duda de coger por Plaza de España o no.

Si no cogéis por Plaza de España...

Cogeríamos la calle O´Donnell. Saldríamos de Plaza Barroso luego Constitución y a la izquierda O´Donnell y no llegaríamos a la Plaza de España.

Y para concluir, ¿qué proyectos de futuro se estudian?

Ahora mismo, lo más importante es la Casa Hermandad porque los techos están muy malos. Estamos esperando el visto bueno desde Cultura en Cádiz para empezar la obra, es decir, tirar los techos y poner unos nuevos. Ahí estamos a la espera porque nos han vuelto a pedir unos papeles más y esperemos que este año lo podamos tener terminado y tener un lugar propio donde dejar nuestras cosas. Es cierto que el Ayuntamiento nos ha dejado unos salones, pero no es lo mismo.

¿Alguna última consideración que quieras compartir?

Yo quisiera resaltar el papel que realizamos dentro de las hermandades porque nos suelen criticar mucho sin saber. Cuando todas las hermandades de Rota colaboran con Cáritas, con personas necesitadas... Y la gente tiene mucho desconocimiento con nuestra labor social porque no lo vamos pregonando. Nosotros ayudamos a muchísima gente y quería ponerlo en favor de las hermanadades.

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