La subida desmesurada de los precios del combustible está
cobrando factura en nuestros bolsillos. La guerra en Ucrania ha disparado el precio llegando a casi los dos euros de gasolina por litro llegando a encarecerse h
asta 25 céntimos por litro en dos semanas. Pero si rellenar el tanque del coche está para pensárselo, quienes están sufriendo directamente esta subida son los pescadores que, si el crecimiento del precio de la luz no pasaba desapercibido para ellos, que tienen que mantener el pescado en máquinas refrigeradoras, ahora
el encarecimiento del combustible les hace plantearse inluso si salir a faernar.
Desde la Cofradía de Pescadores de Rota dicen que el sector viene de una situación complicada ya que el pescado es escaso en esta época, a lo que se suma la situación de la subida de los combustibles. Si hay poco que pescar y encima se encarecen los precios para salir a faenar, esto se convierte en una
situación “insostenible” para muchos pescadores que deciden que
no es rentable faenar en estas circunstancias. Algunos barcos de la Costa Noroeste que salían diariamente a la mar, desde hace dos semanas lo están haciendo
cada dos o tres días.
En la pesca de bajura, los barcos con mayor capacidad de pesca son los que más están saliendo pero no son los más numerosos en la zona. Los pescadores de barcas pequeñas -que es la pesca tradicional- ahora interrumpen su actividad y los barcos más grandes, -con mayor capacidad pesquera- vienen incluso vacíos, debido a que la densidad de pescado durante esta época es escasa, por lo que
la rentabilidad en las faenas brilla por su ausencia, comentan desde la cofradía.
Esta situación, según explican, i
mplica también directamente al resto de la cadena del sector, la subasta y luego la venta. Para hacer frente a la subida de los costes de producción, sumado a la escasez del producto, el precio del pescado en las cooperativas ha tendido a subir.
“En dos semanas, la oferta de pescado en el mercado se ha reducido a la mitad” debido a esta situación, explican desde la cofradía, por lo que
obliga a que los precios suban. Una situación complicada que desde el sector lamentan ya que inciden en que
tampoco hay demanda, ni desde los clientes individuales ni desde los restaurantes. Piden a las administraciones subvenciones para frenar la difícil situación que está sufriendo la pesca, lo que muestra la debilidad de sectores como el primario dentro del proceso económico de la globalización.