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Rota

La gran demanda de flor en los Santos no consigue rescatar al sector en la Costa Noroeste

En Rota, Sanlúcar y Chipiona se produce el 70% de las flores cortadas que se comercializan en toda España

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Hoy, en el día de los difuntos, el mercado de las flores vuelve a coger impulso tras la pandemia aunque esta demanda pilla de imprevisto a los productores con un considerable aumento de la compra de este artículo. El puente, las bodas y las procesiones han impulsado la venta de flor cortada a pesar de la subida de los precios. Una subida que procede de los costes de producción de producción derivados de la pandemia que pasan factura, sobre todo, a los agricultores de flor cortada. 

Rota, Sanlúcar y Chipiona suponen el epicentro de la producción de flor cortada en toda España. Octubre ha llegado cargado de eventos donde las flores han sido las protagonistas, sin embargo, la alta demanda de flor cortada ha supuesto consecuencias en su comercialización. La Costa Noroeste abastece actualmente el 70% de la venta floral en España. 

La demanda de flor cortada en esta época ha superado las expectativas con más de la mitad de las ventas de 2020. No obstante, esta demanda ha tenido consecuencias para los productores gaditanos cuya producción no estaba preparada para tal nivel de petición. Si nos remontamos a un año atrás, la pandemia hizo que el 50% de los productores de flores de la costa noroeste emigraran su producción a la fruta y verdura. Un sector que proporcionaba más certeza económica debido a la demanda atemporal que hay de estos alimentos y que conlleva unos costos más bajos. Como ha indicado en una entrevista a este medio Juan Pérez, vicepresidente de la Asociación de Agricultores de Cádiz, la producción hortofrutícola supone menor mano de obra y, en definitiva, menos costos de producción.

Ante esta escasez de la que narra Pérez, el sector se ha visto obligado a, por primera vez en más de treinta años, importar una mayor cantidad de flores de otros países como Holanda, que supone el núcleo productor por excelencia de flores, al escasear el nivel de este producto. Es el caso de las rosas. Esta especie ya no se exporta desde la Costa Noroeste debido a que sus costes de producción son "insostenibles", algo que empobrece la riqueza y la oferta de la agricultura gaditana. De hecho, apunta Pérez, las flores han faltado a nivel mundial y, por esta razón, es cada vez más común encontrarnos con carteles que indiquen la procedencia foránea de algunas especies como el "clavel colombiano". Enrique Molina, propietario de una floristería en Rota, indica que la plantación del clavel es costosa y muchos agricultores han dejado de plantarla. 

La realidad es que en la Costa Noroeste, cada vez cuesta más producir flores debido a consecuencias derivadas de la pandemia. El aumento de los precios en las cuestiones de logística como la electricidad, el gasoil, el encarecimiento de los pesticidas y el mantenimiento en invernaderos, entre otros factores, supone que la mitad de los agricultores de la zona hayan preferido otros cultivos más rentables. Sin embargo, ante esta situación, Pérez insiste en que, ante la demanda temporal tras la eliminación de las restricciones, "esta situacion no es real" y tendrán que someterse a las fluctuaciones del mercado para adivinar hacia dónde se dirige el mercado. "Somos positivos porque creemos que el sector va a seguir creciendo pero nos está asfixiando por otro lado", indica Pérez, que advierte sobre el encarecimiento de la producción en la que se ve sumido actualmente el sector agrícola. Un problema que ha afectado al suministro de estos artículos en toda España, ya que 7 de cada 10 ramos de flores proceden de esta zona.

El vicepresidente de la Asociación de Agricultores de Cádiz ha advertido que, lo que ocurre con la flor es un ejemplo del problema que sufre el sector agrícola en general en Andalucía y señala concretamente a la competencia desleal con terceros países. "No podemos perder la soberanía de estos productos y que tengamos que depender de otros países para consumirlos", indica, y lamenta que esta sea la tendencia en España.

Como consecuencia, esta falta de oferta ha encarecido los precios de las flores en más de un 20%. Si antes un ramo de margaritas comunes podría costar tres euros, ahora las floristerías han subido 50 céntimos su precio. "Han faltado muchas flores y eso se nota en precio", indica Enrique Molina. A pesar de ello, los vendedores de flores han mostrado su satisfacción ante la recuperación de la venta y ven como un aliciente este puente de todos los santos, la recuperación de las bodas y la vuelta de las procesiones, para avivar la economía de los negocios locales. A partir de este momento, el sector en la comarca de Rota, Chipiona y Sanlúcar queda a expensas de cómo se vayan sucediendo los acontecimientos y el transcurso de la pandemia cuyo futuro se encuentra vulnerable ante la incertidumbre. 

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