Hace más de 30 años que abandonaron el hoy colegio del barrio, el Fernando de los Ríos, la entonces Escuela Hogar San Francisco, y han decidido regresar al centro para verse después de todo este tiempo. Un grupo de antiguas alumnas ha puesto en marcha un reencuentro que se prevé todo un éxito; de momento, más de 300, de distintos cursos y edades, ya forman parte de un grupo creado en la red social facebook; de ellas, unas 200 habían confirmado y pagado ayer la presencia en una gran fiesta que se celebrará el sábado próximo sábado: “Hay una expectación máxima”, explicaba Beatriz Álvarez, una de las promotoras de la iniciativa; “si las alumnas están realmente entusiasmadas, más aún lo están las antiguas profesoras”, añadía Rocío Márquez, otra de esas mujeres, ya adultas, que se han implicado en este curioso proyecto .
Se ha previsto un sencillo pero muy emotivo programa, que comenzará a las 12.00 del próximo sábado día 5; la actual directora del centro les recibirá. Desde el barrio, las participantes en el evento se dirigirán al hotel Reina Victoria, adonde celebrarán un cóctel: “Hemos pensado que será mejor estar de pie, porque vamos a ser muchas, y además querremos hablar entre todas, así que de pie será mucho mejor”, refirió Beatriz. La fiesta en este conocido hotel rondeño se prolongará desde las 14.00 a las 20.00 horas: “Hace 35 años que no nos vemos. Va a ser extraordinario”.
Nos encontramos con cuatro de las organizadoras, todas ellas ex alumnas, en la entrada al colegio junto a la puerta del viejo convento; sabe a añejo: “Venir aquí es encontrarnos con una fuente de sentimientos. Aquí tuve buenísimas amigas, y de aquí tengo buenísimos recuerdos. Eran buenos los profesores, el personal y los alumnos”, refiere María Dolores Bermúdez, quien habla de “una gran familia, donde no sólo se nos enseñaban las matemáticas o la gramática, sino que nos enseñaban a ser personas, a pelar una naranja o hacer una cama. Estoy muy orgullosa de haber estudiado aquí”, nos cuenta. Beatriz añade que en el centro se vivía; que ella prácticamente vivía en Ronda, y sólo marchaba a su pueblo, Genalguacil, en las fiestas y otros momentos puntuales.
Rocío Márquez, que junto con sus otras seis hermanas estuvo en el centro, tres de las cuales eran trabajadoras del colegio y las tres restantes, como ella, estudiantes, rememora las travesuras: “Nos íbamos por la noche a la cocina, entrando por una ventana, a robar chocolate. Después nos castigaban, pero lo pasábamos muy bien”. Añade María Dolores: “Recuerdo que Beatriz copiaba en un examen de francés y la pillaron, y yo, que estaba haciendo lo mismo, me quedé helada”, bromea.
Con ellas, Cristi Carrillo, quien invitó a todas las antiguas alumnas a participar del evento, eso sí, sin maridos o parejas. Y es que terminaba Beatriz: “Maridos y novios que se abstengan”.