Según el diario The Guardian, Firth criticó la decisión de la distribuidora en EEUU, Weinstein, de publicar una versión de la que se han eliminado las palabrotas que pronuncia en determinado momento el indignado monarca.
Las palabrotas “tienen un sentido. No es que me guste ese tipo de lenguaje. Pero en el contexto de la película no podría ser más apropiado. No resulta vicioso o insultante”, dijo el actor británico.
El director del filme, Tom Hooper, que ganó también un Óscar de Hollywood, se manifestó asimismo descontento con la censura estadounidense aunque admitió que es importante que llegue a todo tipo de audiencias.
Los censores le dieron en un principio la calificación de R, lo que significa que los menores de 17 años debían ir acompañados.
El distribuidor estadounidense intentó en vano que la aprobaran para público más joven y optó entonces por eliminar todas las palabras malsonantes para que fuera apta.