“El tiempo, y no la crisis, nos ha marcado la Feria del Libro”, afirmó ayer Teodoro Sacristán, director de este gran encuentro cultural, en una entrevista, pocas horas antes de que se difundieran los resultados oficiales, que reflejan las ventas desde la inauguración de la Feria, el pasado 28 de mayo, hasta el 11 de junio, dos días antes del cierre.
Los datos se han obtenido gracias a la colaboración de los 408 expositores que participaron en la 69 edición de la Feria y que se facilitaron a la organización.
Los dos primeros fines de semana, contó Sacristán, “fueron muy buenos, e incluso editores y libreros hablaban de que se podría superar la edición de 2009”, a pesar de que las altas temperaturas del sábado 5 de junio disuadieron a mucha gente de venir a la Feria. Pero el 7 de junio empezó a llover y no ha dejado de hacerlo ni un solo día de esta semana, “lo que ha dificultado las ventas en una Feria que está diseñada” para estar al pie del cañón, tanto si llueve como si no.