El Juzgado de lo Contencioso Administrativo 3 de Granada ha condenado al Servicio Andaluz de Salud (SAS) a indemnizar con 6.500 euros a una paciente a la que provocaron daños al aplicarle una inyección intramuscular que le provocó un absceso del que tuvo que ser operada.
La sentencia, fechada en abril y a la que ha tenido acceso Efe, ha estimado de manera total el recurso presentado en nombre de la paciente por el letrado de la Asociación "El Defensor del Paciente" Damián Vázquez y ha condenado al SAS a indemnizar a la paciente.
La demandante es una vecina de Granada que sufrió daños causados tras aplicarle una inyección intramuscular en un centro de salud, hechos por los que recibirá una indemnización de 6.500 euros más los intereses .
La paciente presentó una reclamación patrimonial contra el SAS en la que narraba los problemas que le provocó en el glúteo una inyección intramuscular, un tratamiento que recibió el 9 de agosto de 2016 en el Servicio de Urgencias del Centro de Salud de La Zubia (Granada) al que acudió aquejada de dolor de estómago.
Estaba en tratamiento farmacológico por una lumbociatalgia y trocanteritis, por lo que el médico del centro de salud le prescribió tratamiento con una inyección intramuscular de Metamizol y Primperam.
Según ha informado en un comunicado la asociación de pacientes, la negligencia comenzó cuando la enfermera administró la inyección pese a que la paciente informó de manera insistente de que tenía en la zona un importante dolor con inflamación y enrojecimiento, que estaba recibiendo tratamiento médico y rehabilitación con fisioterapia en la zona.
La sentencia ha reconocido que existe un nexo casual entre la inyección y los daños y que la sanitaria no actuó de manera adecuada y que de la prestación sanitaria "se derivaron causalmente los perjuicios por los cuales se reclama, que aparecen debida y objetivamente acreditados".
El inyectable intramuscular ocasionó un absceso en el glúteo del que la paciente tuvo que ser intervenida en agosto de 2016, operación que le ocasiono una incapacidad permanente y una cicatriz antiestética.
El letrado del caso ha destacado al satisfacción de su representada por la sentencia, especialmente por considerar que recibió un "trato inhumano", y ha apuntado la necesidad de que el SAS tome medidas correctoras frente a negligencias similares que, en parte, responden a la saturación de los servicios de urgencias.