La Guardia Civil, en el marco de la operación 'Chaleco', ha desmantelado en Atarfe (Granada) una banda de atracadores relacionada con al menos cinco presuntos robos con violencia e intimidación cometidos en febrero en salones de juego y supermercados del Área Metropolitana de Granada con la detención de cuatro personas y apertura de investigación sobre otras dos, todas ellas de entre 17 y 19 años.
Según ha detallado la Benemérita en una nota de prensa este martes, los presuntos atracadores consiguieron en dichos robos un botín superior a los 27.000 euros y se les acusa delitos de robo con violencia e intimidación y de pertenencia a banda criminal.
El primer atraco se produjo el 11 de febrero en un supermercado de Cúllar Vega. En días posteriores se cometieron otros robos en supermercados de Alhendín y Ogíjares, y en dos salones de juego de Churriana de la Vega y de Atarfe, de forma que se cometieron cinco atracos en 17 días.
A raíz de estos sucesos, agentes del Equipo de Patrimonio de la Unidad Orgánica de Policía Judicial de la Guardia Civil abrió una investigación a través de la cual localizó a los integrantes de esta organización, por lo que pusieron en marcha la fase de explotación en la que detuvieron a cuatro integrantes de la red e investigaron a otros dos.
La desmantelación del grupo ha venido acompañada de cinco registros domiciliarios en Atarfe y Granada capital, en los que se ha recuperado una de las pistolas utilizadas en los atracos, un cuchillo y ropa que relaciona a los detenidos con los delitos investigados.
La Guardia Civil ha reseñado que esta organización era "muy activa" y especialmente violenta", ya que "no dudaban en agredir" a los empleados o a los clientes de los establecimientos que asaltaban.
En este sentido, ha concretado que en uno de los robos golpearon a uno de los clientes en la cabeza y le produjeron un traumatismo craneoencefálico por el que tuvo que ser atendido en un centro hospitalario, mientras que a otro cliente lo rociaron con espray de pimienta y también tuvo que ser evacuado al hospital.
Los detenidos irrumpían en los establecimientos encapuchados y armados con dos pistolas, un cuchillo y un espray de pimienta poco antes de la hora de cierre y, si sospechaban que había más dinero en la caja, amedrentaban a los empleados, golpeándolos en ocasiones para que abrieran las cajas fuertes de los establecimientos y huír finalmente en un coche que habían robado previamente.