El Juzgado de Instrucción número 6 de Granada investiga ya como un caso de lesiones por imprudencia el disparo que recibió una mujer en Huétor Vega el pasado 21 de marzo por parte de un agente de la Policía Local de Granada, el cual siempre ha alegado que se trató de un disparo fortuito cuando estaba limpiando su arma reglamentaria.
El Juzgado decidió el pasado abril retirar la prohibición impuesta a este agente de acercarse a la víctima a raíz de que ella, que estuvo ingresada varias semanas en la UCI, ofreciera su testimonio de lo ocurrido. Ahora el juez ha cambiado la calificación de los hechos a lesiones por imprudencia y continúa con la tramitación de la causa, según han informado a Europa Press fuentes judiciales.
Los hechos ocurrieron sobre las 18,30 horas del 21 de marzo en una vivienda de Huétor Vega, donde el agente, de 52 años, afirma que se le disparó el arma de forma accidental cuando la limpiaba, impactando la bala en el estómago de la mujer, de 42 años. Ella ingresó en estado grave en la UCI del Hospital del Campus de la Salud y tuvo que ser intervenida de urgencia aquella noche, y por segunda vez poco tiempo después.
El agente fue detenido la tarde en que ocurrieron los hechos y quedó en libertad provisional, a raíz una "declaración espontánea de la víctima antes de quedar inconsciente", aunque con la prohibición de acercarse a ella como medida cautelar.
Este agente de la Policía Local de Granada tiene un expediente disciplinario abierto que está pendiente de las decisiones que tome el juzgado. Está de baja psicológica y tiene el arma profesional y particular retirada por la Guardia Civil a raíz de este proceso, lo que en todo caso le impedirá prestar servicio en la calle hasta que se resuelva el asunto, según han informado a Europa Press fuentes del cuerpo.