Un total de 17 centros educativos públicos de la provincia de Granada cuenta con aulas específicas para alumnado autista, unas clases que la Junta de Andalucía ha incrementado un 30 por ciento en los últimos tres años y que atienden ya a 80 estudiantes con este trastorno en Granada.
"Una de las mayores prioridades de la educación andaluza es crear oportunidades para cualquier alumno, sean cuales sean sus características personales o su situación geográfica o económica", ha explicado el delegado de Educación, Germán González, en declaraciones a Europa Press.
Ha subrayado que "la Consejería mantiene un compromiso con la inclusión de este tipo de alumnado, tomando en consideración sus necesidades específicas y reforzando los recursos de detección y atención temprana encaminados a desarrollar propuestas de intervención globales, que corrijan desequilibrios y faciliten el desarrollo de las habilidades necesarias para afrontar su vida personal y su participación social".
Estas aulas están dotadas de personal especializado en Pedagogía Terapéutica y en Audición y Lenguaje, así como de profesionales de Integración Social, médicos o educadores sociales.
También disponen de material tecnológico que permite desarrollar metodologías específicas como el método Teacch, "un modelo motivador y atractivo que está dando resultados muy positivos mejorando sus capacidades y su autonomía", ha destacado por su parte Isabel Hidalgo, responsable del Área de Necesidades Educativas Especiales en el Equipo Técnico Provincial de Orientación Educativa de la Delegación de Educación de la Junta.
Hidalgo ha detallado que el día a día en las denominadas aulas TEA (iniciales que se usan para referirse al trastorno del espectro autista) "se basa en actividades específicas que, desde un punto de vista inclusivo, procuran una creciente autonomía del alumnado autista, pero la clave del éxito de estos programas es la participación de toda la comunidad educativa, la implicación de todo el equipo docente y de las familias del centro".
En Granada, estas aulas han dado hasta ahora "unos resultados muy esperanzadores en cuanto a la inclusión de este alumnado en el centro educativo", ha añadido.
Por su parte, la responsable del Equipo de Orientación Educativa especializado en Trastornos Generales del Desarrollo, dependiente de la Delegación, Alicia Pérez, ha detallado que desde su departamento se realizaron el pasado curso casi 600 intervenciones, de las cuales 84 establecieron nuevos protocolos de actuación individualizada, además de las 55 que sirvieron para el seguimiento de protocolos de cursos anteriores.
El equipo también se encarga de acciones para la detección y atención temprana a alumnado menor de seis años, así como del asesoramiento sobre la evaluación psicopedagógica de los escolares o el asesoramiento a las familias y al profesorado.
Desde Educación se mantienen además diferentes modos de coordinación con otras instituciones y asociaciones, lo que permite un mejor desarrollo de los escolares tanto en el ambiente educativo, como en los demás ambientes en los que se desenvuelven en su vida.
Así, existen líneas de trabajo conjuntas con la Unidad de Salud Mental Infanto-Juvenil del Hospital Virgen de las Nieves y con la Unidad de Estimulación Precoz del Hospital San Cecilio, así como con los servicios de Bienestar Social, asociaciones de madres y padres, empresas relacionadas con la atención educativa al alumnado con dificultades para la comunicación o asociaciones específicas de autismo, como Conecta de Motril y Mírame de Armilla dirigidas al alumnado TEA que colaboran mediante proyectos de trabajo específicos aprobados por la Consejería.
El trastorno del espectro autista es una discapacidad permanente del desarrollo que se manifiesta habitualmente en los tres primeros años de edad y puede asumir una gran variedad de formas, que pueden implicar dificultades cognitivas, emocionales, comunicativas o de interrelación social, que además se manifiesta en distintos grados. Por ello, la Consejería de Educación cuenta con equipos de orientación educativa especializados en autismo, que se encargan de realizar los informes oportunos para generar las mejores posibilidades formativas a este tipo de alumnado.
Dependiendo del grado de afectación, los alumnos con TEA pueden ser escolarizados en aulas ordinarias, con recursos de apoyo tanto personales como materiales, y respetando determinadas técnicas cognitivas y orientaciones metodológicas respecto a la estructuración espacial y temporal del aula, o bien pueden incluirse en unidades específicas de atención al alumnado autista.