Podríamos pedir a la RAE el establecimiento de un premio al Ayuntamiento por la invención de “palabros” nuevos y a lo mejor hasta conseguimos que se callen de una vez. Al menos así no confundirían, comprenderían la importancia de la verdad y la inconsistencia de presentar sus pretendidos inventos como innovaciones y mejoras, que a pesar de todo su esfuerzo, no pueden conseguir con su revoltijo gramatical. Porque ¿Qué es un “metro-centro”. No nos tomen el pelo, por favor, que ya somos mayores. ¿Y una “plataforma” exclusiva? ¿Quizá ya no hay carriles en las calles? Inventar tiene valor cuando el invento es cierto y algo más o algo menos, aporta utilidad e innovación. Pero cambiar algo y nominarlo con una denominación inexistente todo lo más puede conducir a confusión. Poner una nueva línea de autobús, aunque circule por un carril exclusivo, es otra línea de transporte en superficie. Déjense de milongas, no quieran disimular que piensan reducir un carril de las calles y avenidas dónde va a circular, por más que lo llamen “tranvibús”. ¿Qué es eso? ¿Nos lo explican?
Lo que necesitamos en Sevilla son soluciones. Soluciones creativas, por supuesto. Y por supuesto útiles. No necesitamos gastar millones de la ciudad para dar la impresión -plenamente imposible- de estar solucionando el problema de la movilidad. Un autobús anulador de un carril no lo arregla, lo empeora. Como lo empeora un tranvía a ninguna parte para lo cual fue condición previa despojar a la ciudad de cientos de transformadores en Oxígeno del CO2 producido por personas, negocios y vehículos. Los árboles, lo repetiremos, son más importantes que el tranvía. Y más necesarios para la ciudad. Háganse responsables de una vez, por favor. Ahí está el rio, la mejor vía de Sevilla, la fluvial, con el proyecto del ingeniero D. Agustín Salas, despreciado por todas las administraciones. Una vergüenza.
No sigan intentando tapar las vergüenzas a la Junta de Andalucía y peleen por el metro. Sean exigentes y rigurosos también con sus jefes. A ver si se enteran de una vez que la ciudad es más importante que el partido.
