El ministro de Asuntos Exteriores de Rusia, Serguéi Lavrov, es optimista ante la elección de los nuevos dirigentes de la Unión Europea
El ministro de Asuntos Exteriores de Rusia, Serguéi Lavrov, considera que la elección de los nuevos dirigentes de la Unión Europea (UE) "abre objetivamente la posibilidad de un nuevo punto de partida'" en la relaciones entre Moscú y Bruselas.
"El comienzo de un nuevo ciclo institucional en la UE abre objetivamente la posibilidad de un 'nuevo punto de partida' en nuestras relaciones", escribió Lavrov en el periódico "Rossiískaya Gazeta" con motivo del trigésimo aniversario de la firma del acuerdo de cooperación entre la Unión Soviética y las Comunidades Europeas.
El jefe de la diplomacia rusa destacó que "hay cada vez más señales" de que los socios europeos "toman conciencia de la anormalidad del actual estado de cosas" entre ambas partes.
"Después de cierto estancamiento, se ha retomado la dinámica de interacción con la mayoría de los Estados de la UE", constató, para añadir que se han establecido los primeros contactos con los nuevos dirigentes de la Unión Europea, que asumieron sus cargos a comienzos de mes.
Subrayó que, pese a las divergencias, Rusia y la UE son importantes socios comerciales, y destacó que, "si no fuera por la postura sesgada de la Unión en el contexto de los acontecimientos ucranianos", el intercambio comercial entre Rusia y el bloque comunitario podría llegar al medio billón de dólares.
Según Lavrov, la responsabilidad del actual estado de las relaciones entre Moscú y Bruselas recae exclusivamente en Occidente.
"Lamentablemente, muchos en Occidente comenzaron a ver la perspectiva europea común solo a través del prisma de la 'victoria en la Guerra Fría'", señaló.
El ministro agregó que en lugar de la cooperación en pie de igualdad se asentó la "ilusión de que la seguridad euroatlántica debe edificarse solo en torno a la OTAN y que el concepto Europa debe asociarse exclusivamente con la Unión Europea", y que todo lo demás "debe girar en torno a estos 'centros de legitimidad'".
En el caso concreto de las relaciones con la UE, "cada vez con mas frecuencia hemos sido testigos de la 'absolutización' de las normas supranacionales de la Unión Europa y de los intentos de aplicarlas retroactivamente a los demás países", subrayó.