El presidente iraní, Hasan Rohaní, garantizó hoy que su país no va a iniciar una guerra con Estados Unidos, al recibir al primer ministro japonés, Shinzo Abe, quien pidió no obstante a Teherán jugar "un papel constructivo" en la actual crisis.
Lograr una distensión entre Teherán y Washington es el objetivo del histórico viaje a Irán de Abe, el primer jefe de Gobierno nipón en 41 años en visitar el país, desde antes del triunfo de la Revolución Islámica.
Su visita ya fue anticipada extraoficialmente a finales de mayo, cuando el presidente estadounidense, Donald Trumo, dijo en Tokio que Abe podría ejercer sus buenos oficios para rebajar las tensiones en Oriente Medio.
"Hoy en día, la tensión está aumentando en Oriente Medio y algunos expertos señalan que el conflicto podría estallar accidentalmente", advirtió Abe en su comparecencia de prensa con Rohaní.
Adelantando que sus palabras podían molestar a algunos iraníes, el primer ministro nipón afirmó que "es esencial que Irán juegue un papel constructivo en la edificación de una paz y estabilidad sólidas en Oriente Medio para que no ocurra un choque accidental".
Washington designó en abril pasado como grupo terrorista a los Guardianes de la Revolución iraníes, y Teherán hizo lo mismo en reciprocidad con las tropas estadounidenses desplegadas en Oriente Medio.
Las autoridades iraníes amenazaron, además, con bloquear el estrecho de Ormuz, por donde cruza buena parte del petróleo mundial, y EEUU aumentó su despliegue militar en la región con el envío de 1.500 efectivos, un portaaviones, un buque de asalto anfibio, misiles Patriot y bombarderos.
El repunte de la tensión se debe, según insistió hoy Rohaní, a "la guerra económica" de EEUU, que volvió a imponer el año pasado sanciones a Irán tras retirarse unilateralmente del acuerdo nuclear de 2015.
"No iniciaremos ninguna guerra en la región, ni contra EEUU ni contra nadie, pero si se lanza una guerra contra nosotros, daremos una respuesta aplastante", advirtió el mandatario iraní.
Sobre el pacto nuclear, aseguró que Irán quiere "continuar" en el mismo y que la suspensión de algunos de sus compromisos el pasado 8 de mayo es acorde al artículo 36 de texto, debido al incumplimiento de la otra parte.
Ese día, Rohaní anunció que su país no iba a seguir vendiendo los excedentes de agua pesada y uranio y amenazó con dejar de cumplir otras obligaciones, como los límites al nivel de enriquecimiento de uranio, si no se garantizaban sus intereses en un plazo de 60 días.
Al respecto, Abe expresó su esperanza de que Irán "continúe trabajando en el marco del acuerdo nuclear", al tiempo que alabó su cooperación con el Organismo Internacional de Energía Atómica (OIEA).
El acuerdo de 2015 limita el programa atómico iraní a cambio del alivio de las sanciones internacionales, por lo que las medidas de EEUU lo han dañado seriamente y el resto de firmantes -Rusia, China, Francia, el Reino Unido y Alemania- no han sabido contrarrestarlas.
Una de las principales demandas de Irán es poder seguir exportando petróleo, después de que el pasado abril Washington pusiera fin a las exenciones otorgadas a ocho países para la compra de crudo iraní, entre ellos Japón.
Las empresas niponas han frenado sus importaciones, pero Rohaní indicó tras su reunión con Abe que "Japón está interesado en continuar la compra de petróleo iraní y la cooperación económica y financiera con Irán".
Se especulaba que una contrapartida que iba a pedir Teherán a Tokio era que intercediera ante Washington para que levante o suavice las sanciones al sector petrolero, vital para la economía iraní.
Este papel mediador que se adjudicó desde el principio a Abe, tras anunciarse su visita después de que lo sugiriera Trump, ha sido, sin embargo, rebajado por fuentes japonesas, que aseguraron el martes que el viaje es por "iniciativa propia" y que el primer ministro no trae un mensaje específico de EEUU.
Abe, que está acompañado por su ministro de Exteriores, Taro Kono, entre otros altos funcionarios, se reunirá también mañana con el líder supremo de Irán, Ali Jameneí, quien recibe a contados dignatarios extranjeros no musulmanes.
Pese al alto nivel de las reuniones, el analista iraní Mohamad Marandí, decano de la Facultad de Estudios del Mundo de la Universidad de Teherán, no se mostró optimista, ya que consideró que la política de EEUU ha llevado a "un punto muerto".
"Irán no espera nada de la visita de Abe y en principio se mantendrá inflexible ante EEUU, porque no puede aceptar su extorsión", explicó a Efe Marandí, aludiendo a que Washington llama ahora a un diálogo con Teherán mientras mantiene la presión de las sanciones.
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Irán asegura que no iniciará una guerra
Al recibir al primer ministro japonés, Shinzo Abe, quien pidió no obstante a Teherán jugar "un papel constructivo" en la actual crisis
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