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Los enfermeros portugueses ponen en jaque al Gobierno en año electoral

Están decididos a prolongar la huelga de quirófanos por lo menos hasta finales de febrero

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  • Enfermero.

Decididos a prolongar la huelga de quirófanos por lo menos hasta finales de febrero en año electoral, los enfermeros portugueses mantienen en jaque al Gobierno socialista, que garantiza que utilizará todos los medios a su alcance para frenar las paralizaciones.

Después de conseguir que cerca de 8.000 cirugías fuesen aplazadas debido a la huelga realizada entre el 22 de noviembre y el 31 de diciembre de 2018, los enfermerosvolvieron a los paros el pasado jueves sin intención de darse por vencidos.

La denominada "huelga quirúrgica" está convocada hasta el 28 de febrero, pero los sindicatos llegaron incluso a plantearse prolongarla hasta las elecciones de octubre, como confirmaron desde la Asociación Sindical Portuguesa de los Enfermeros (ASPE).

Aunque todavía no han desvelado si han decidido avanzar con los paros hasta octubre, aseguran que esta segunda huelga ha arrancado con fuerza, con una adhesión "próxima al 100 %" el jueves y el viernes en los siete hospitales públicos afectados.

El Gobierno, que no acostumbra a ofrecer datos oficiales de las huelgas, defiende la "ilegalidad" de estas paralizaciones y garantiza estar dispuesto a recurrir a todos los medios jurídicos a su alcance para detenerlas.

"No podemos confundir el ejercicio de la actividad sindical, el ejercicio legítimo del derecho a huelga, con prácticas que no son huelgas quirúrgicas, sino huelgas salvajes", dijo este viernes el primer ministro, António Costa, en un acto en Braganza (norte), en el que afirmó que los paros son "absolutamente ilegales".

Según Costa, estas huelgas pretenden "atentar contra la dignidad de los enfermos y contra las funciones del Servicio Nacional de Salud", lo que los sindicatos niegan.

"Los enfermeros han estado cumpliendo los servicios mínimos con todo el cuidado, siempre tomando decisiones en defensa del interés de los enfermos", dijo a EFE la presidenta de la ASPE, Lúcia Leite, que aseguró que sólo se están aplazando las cirugías que no son urgentes.

No obstante, los servicios mínimos decretados fueron objeto de críticas por parte del Colegio de Médicos de Portugal, que señaló que deben adaptarse al tipo de huelga y no pueden ser los mismos para un paro de dos días que para uno más extenso.

La prolongada duración de los paros y su financiación, sobre la que el Gobierno pidió "esclarecimientos", son los dos factores que han convertido a estas huelgas en algo inédito en el país.

Un movimiento de enfermeros recurrió a una plataforma de "crowdfunding" para recaudar fondos con los que compensar a los profesionales que decidieran secundar los paros, convocados por la ASPE y por el Sindicato Democrático de los Enfermeros de Portugal (Sindepor).

Para la paralización de noviembre y diciembre recaudaron más de 360.000 euros; para la que arrancó esta semana, los fondos reunidos superaron los 420.000 euros.

Con ello se podrán pagar 42 euros por cada día de huelga descontado del sueldo a los enfermeros de quirófano que secunden la paralización.

Todo para que el Gobierno socialista luso escuche sus reivindicaciones, algo que consiguieron parcialmente con la huelga anterior, tras la que las negociaciones con el Ejecutivo llegaron a buen puerto en una de sus peticiones: la creación de la categoría de enfermero especialista.

Sin embargo, otras demandas como la mejora salarial, los ascensos en la carrera y la reducción de la edad de jubilación no llegaron a acuerdo, lo que llevó a avanzar con esta segunda huelga, que amenaza con cancelar nuevamente miles de cirugías.

De las casi 8.000 que fueron suspendidas en la paralización de finales de 2018 ya se han realizado el 45 %, según datos del Ministerio de Salud. 

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