Hungría insiste en terminar de construir en los próximos días el llamado "cierre técnico" de su sureña frontera con Serbia, es decir, una valla de alambrado, ante la llegada de miles de refugiados, informó hoy el portal "hvg".
"Nada impide el cierre de la frontera con un sistema técnico antes del 31 de agosto", aseguró el Ministerio de Interior en relación con la controvertida construcción de la valla.
A pesar de numerosas críticas de dentro y fuera del país, el gobierno del conservador Viktor Orbán no cede en su determinación de frenar la creciente inmigración, e incluso revela tener prisa por hacerlo.
Dado que el tendido de la valla proyectada originalmente, de 175 metros de longitud y 4 metros de altura durará hasta noviembre, se decidió instalar rápidamente un alambrado provisional de medio y metro de altura, que puede estar terminado en pocos días.
Miles de refugiados llegan a diario a Hungría, provenientes en su gran mayoría de países en conflicto como Siria, Irak o Afganistán, y tras una larga travesía por países como Turquía, Grecia, Macedonia y Serbia antes de poder entrar en la Unión Europea (UE).
La policía húngara informó hoy de que en los cuatros últimos días se han interceptado a 6.390 personas que entraron en el país de forma ilegal.
En lo que va del año, el número de refugiados que ha llegado a Hungría supera los 110.000, aunque su gran mayoría ha abandonado el país pocos días después de su llegada, rumbo hacia países más ricos de la UE, como Austria o Alemania.
La semana pasada, el gobierno de Budapest anunció que creará unidades especiales de defensa de la frontera, con miles de policías, que actuarán en el sur del país.
Además, ha presentado al Parlamento para su aprobación una serie de modificaciones de la legislación que eleva los castigos relacionados con el cruce ilegal de la frontera.