La rama egipcia del grupo terrorista Estado Islámico (EI) asumió hoy la autoría del atentado con coche bomba contra el cuartel de las Fuerzas de la Seguridad Nacional en el barrio cairota de Shubra al Jeima, que se saldó con 29 heridos.
Un comunicado difundido en las redes sociales, y cuya autenticidad no se pudo verificar, afirmó que los "soldados del califato" lograron atentar contra la sede de seguridad, aunque horas antes un grupo desconocido también se atribuyó el ataque, creando cierta confusión.
Alegó que la operación fue en venganza por "todos los mártires musulmanes" y en particular por los seis miembros del grupo extremista que fueron ejecutados en mayo pasado tras ser condenados por un tribunal militar por atacar a soldados y policías, un caso conocido como "Arab Sharkas".
"Para que sepan los apóstatas de Interior y del Ejército que nosotros no olvidamos nuestra venganza y nos hemos comprometido ante Dios a no descansar mientras haya en su manos un prisionero", advirtió la nota.
La filial egipcia del EI amenazó con perpetrar más acciones terroristas y subrayó que atacarán a "todo el que tiene sus manos manchadas con sangre de los musulmanes y de los muyahidín".
A esta reivindicación se suma la realizada por un grupo hasta ahora desconocido y llamado "Al Kutla al Saudá" (Bloque Negro), que anunció su "total y completa responsabilidad" y reveló que seguirán actuando si no son liberados los detenidos sin cargos en Egipto.
La explosión del coche bomba tuvo como blanco el cuartel de las Fuerzas de la Seguridad Nacional, que son los servicios de inteligencia, encargados de los casos de terrorismo y espionaje, entre otros.
Al menos 29 personas resultaron heridas, entre ellas seis policías, por el potente estallido, que provocó destrozos en el edificio de cuatro plantas y en una veintena de coches aparcados en la zona.
El Ministerio del Interior informó de que un hombre aparcó el coche bomba frente al edificio de seguridad y luego escapó con otro en una motocicleta que le seguía, accionando la carga explosiva por control remoto.
Los ataques terroristas han aumentado en Egipto, principalmente contra las fuerzas de seguridad, desde el golpe militar del 3 de julio de 2013 que derrocó al entonces presidente, el islamista Mohamed Mursi.