El ministro yemení de Exteriores, Riad Yasin, ha rechazado emprender un diálogo con los rebeldes hutíes y con el expresidente yemení Alí Abdalá Saleh, a los que ha acusado de atacar a los civiles.
En declaraciones al diario saudí Al Watan, Yasin -leal al presidente Abdo Rabu Mansur Hadi- subrayó que "no habrá diálogo mientras no cesen sus ataques contra los civiles".
También señaló que la suerte de Saleh está decidida por una resolución de la ONU, que le impuso sanciones, y negó que existan gestiones para garantizar una salida segura del Yemen al expresidente y su familia.
Hace tres días, Saleh instó al diálogo de todos los grupos yemeníes y pidió al movimiento rebelde chií cumplir con la resolución del Consejo de Seguridad de la ONU que exigió el fin de la violencia y que se retiren de las zonas ocupadas.
Yasin defendió asimismo las operaciones de la coalición árabe, liderada por Arabia Saudí, que pese a que anunció el fin de sus bombardeos la semana pasada prosigue sus ataques en el Yemen.
"Los hechos confirman -agregó- que los hutíes no han cumplido con la resolución 2216 (de la ONU) y eso les hace a ellos y a sus aliados estar bajo la cláusula VII", de la Carta del organismo internacional, que permite el uso de la fuerza.
El jefe de la diplomacia yemení también se refirió a la situación del ministro de Defensa, el general Mahmud al Subaihi, que supuestamente fue liberado por los hutíes la semana pasada.
Según Yasin, el titular de Defensa sigue retenido por los rebeldes, lo que demuestra que estos "no tienen en cuenta los asuntos humanitarios".
El pasado día 21 de abril, la coalición árabe anunció la suspensión de su operación "Tormenta de Firmeza", tras casi cuatro semanas de bombardeos, y el inicio de la campaña "Devolución de la Esperanza" para reconstruir el país.
Sin embargo, desde entonces ha seguido atacando ciertas zonas del país donde están presentes los milicianos chiíes, al tiempo que continúan los combates entre los bandos rivales, principalmente en las provincias del sur.