Estados Unidos aseguró este jueves que globos espía chinos han sobrevolado más de 40 países en los cinco continentes en un plan directamente relacionado con el Ejército de China.
Las autoridades estadounidenses derribaron el sábado pasado un "globo espía" chino que llevaba días sobrevolando varias zonas del país, y desde entonces ha denunciado un plan de Pekín para espiar con estos aparatos a diferentes países.
Un alto funcionario del Departamento de Estado dijo este jueves a la prensa que China ha sobrevolado estos globos sobre más de 40 países en los cinco continentes y que el Gobierno de Joe Biden está en contacto con las naciones afectadas.
Pekín ha asegurado que el aparato derribado en Estados Unidos era un globo meteorológico, pero el funcionario estadounidense dijo que las imágenes de alta resolución obtenidas del artefacto demuestran que tenía capacidad para recopilar información de inteligencia.
Aseguró que estos globos tienen múltiples antenas para geolocalizar e interceptar comunicaciones, además de paneles solares para producir la energía necesaria para operar sus sensores.
Según el Departamento de Estado, estas actividades de espionaje "a menudo se llevan a cabo bajo la dirección" del Ejército chino.
"Estamos seguros de que el fabricante de los globos tiene una relación directa con el Ejército de China", dijo el funcionario, que habló en condición de anonimato.
Incluso en la página web del fabricante de dichos aparatos aparecen imágenes de vuelos anteriores que presuntamente se hicieron sobre espacio aéreo de Estados Unidos, afirmó.
"Al derribar el globo, Estados Unidos envió un mensaje claro a China de que la violación de nuestra soberanía es inaceptable", añadió el funcionario, quien criticó que las autoridades chinas no han dado hasta ahora "una explicación plausible" sobre lo ocurrido.
El Gobierno de Biden está explorando tomar acciones contra China y contra las compañías vinculadas al Ejército chino en el plan de globos espía, advirtió.
El descubrimiento de estos "globos espía" ha desencadenado una crisis diplomática entre Estados Unidos y China y motivó la suspensión de un viaje que el secretario de Estado, Antony Blinken, tenía previsto hacer al país asiático.