Una avalancha de tierra se ha cobrado la vida de al menos 47 personas en un Barangay (barrio), cifra que podría aumentar en las próximas horas
Al menos 76 personas han muerto y otras 29 están desaparecidas en Filipinas por los efectos de la tormenta tropical Megi, que arrasó la parte central y sur del archipiélago, según la última actualización difundida este jueves por las autoridades.
La ciudad más afectada fue la de Baybay, en la provincia oriental de Leyte, donde al menos 64 personas han fallecido después de que una avalancha de tierra sepultara una parte de la localidad.
El número oficial de víctimas puede aumentar a medida que los equipos de emergencia continúan las labores de excavación, ya que se cree que hay más cuerpos sepultados.
Un pequeño corrimiento de tierra inicial alertó a los vecinos, algunos de los cuales consiguieron escapar, pero una avalancha muy superior sorprendió a muchos otros, además de verse afectados también miembros del equipo de emergencias, según relató el alcalde de Baybay, José Carlos Cari.
"Hubo un pequeño deslizamiento de tierra y algunos lograron correr para cubrirse, seguido de uno más grande que envolvió a todo el pueblo", dijo a una radio local.
"Estamos buscando a mucha gente, hay 210 casas aquí", continuó, y agregó que los esfuerzos de los rescatistas se vieron obstaculizados por el mal tiempo.
"Estamos haciendo todo lo que podemos, pero es difícil por el peligro", explicó Cari. “Los equipos están movilizados, todo está listo pero no podemos avanzar porque sigue lloviendo muy fuerte y los ríos siguen desbordados”, añadió.
Por su parte, el Consejo Nacional para la Gestión y Reducción del Riesgo de Desastres precisó que otras tres personas murieron en Mindanao y una en Bisayas Occidental, y en total unas 162.000 personas han sido evacuadas a los centros provisionales habilitados por las autoridades.
La tormenta tropical Megi, bautizada en Filipinas como Agaton, entró el domingo por la costa este del país en dirección noroeste, causando inundaciones y corrimientos de tierra en los archipiélagos de Bisayas y Mindadao, en el centro y sur del país.
En total, más de 920.000 personas se han visto afectadas por el fenómeno, que ha provocado más de 487 inundaciones en todo el país.
Megi es la primera gran tormenta que azota en 2022 al país, propenso a los desastres, y que registra un promedio de 20 tifones cada año.
Esta tormenta, que golpeó a este país de mayoría católica antes de la celebración de Semana Santa, sorprendió a las autoridades, que habían declarado la alerta mínima antes de que tocara tierra.
En diciembre, el tifón Rai, el más poderoso en llegar a Filipinas el año pasado, dejó al menos 409 víctimas mortales; mientras que el tifón Haiyán, el mayor que ha tocado tierra, provocó en noviembre de 2013 unas 7.000 muertes.