El Banco de Finlandia ha emitido un dictamen acompañado de una propuesta legislativa que tiene como objetivo garantizar un nivel de servicio en la distribución del efectivo.
En concreto, esta propuesta legislativa determina que “conviene poner en marcha un proyecto regulador que defina el nivel de los servicios en efectivo, tanto el acceso, el depósito y la aceptación como medio de pago, antes de que los servicios caigan por debajo de un nivel razonable para la sociedad”.
El memorándum recuerda que la naturaleza del efectivo como moneda de curso legal y como método de pago igualmente disponible para todos los ciudadanos justifica que su estatuto “se regule de manera parlamentaria”.
Según se apunta, los servicios de efectivo, referidos como la posibilidad de retirar, utilizar y depositar billetes y monedas en euros de una cuenta, “se utilizan para mantener la igualdad de condiciones para que los finlandeses participen en actividades financieras utilizando el método de pago que consideren mejor”. Por lo tanto, sugiere que su mantenimiento requiere que todos los aspectos de los servicios de efectivo funcionen lo suficientemente bien.
Tal y como se recoge en el dictamen, el dinero en efectivo juega un papel importante en situaciones, mercados y eventos comerciales locales, teniendo un fuerte impacto en estos últimos. Además, a falta de mecanismos alternativos de contingencia, los pagos en efectivo deben poder dar respuesta ante cualquier interrupción grave del pago electrónico, siendo la única opción de pago en estas situaciones.
“La regulación del efectivo se ha implementado en otros países nórdicos”, especifica la propuesta legislativa, a lo que añade: “Se han adoptado medidas para garantizar servicios de efectivo adecuados en los Países Bajos, Letonia, Lituania y Polonia, aunque la mayoría de ellos tienen una proporción claramente mayor de efectivo en los pagos o la disponibilidad de servicios en efectivo que en Finlandia”.