El incendio de ayer en el barrio neoyorquino del Bronx, en el norte de la ciudad, dejó 17 personas muertas, ocho de ellas niños, según aclaró hoy el alcalde Eric Adams, que rebajó así la cifra de 19 muertos ofrecida ayer.
Pero en la mañana del lunes "muchos están todavía luchando por sus vidas" en alguno de los siete hospitales donde fueron ingresados, aclaró el alcalde en una rueda de prensa en el lugar de los hechos junto al jefe del Departamento de Bomberos, Dan Nigro, y las autoridades del condado del Bronx.
Confirmó que fue una estufa eléctrica situada en el piso segundo la que estuvo en el origen del incendio, y los habitantes de ese apartamento, al tratar de huir del fuego, dejaron la puerta abierta, detalle que agravó las consecuencias del incendio: "Cierren sus puertas", repitió varias veces el alcalde como consejo para evitar nuevas tragedias similares.
Adams dijo que están recibiendo llamadas de solidaridad de todas partes, incluido del presidente Joe Biden, quien hoy le telefoneó para ofrecerle todo su apoyo y ayuda que puedan necesitar; por su parte, también el secretario general de la ONU, António Guterres, presentó sus condolencias a las víctimas.
Nigro precisó que la mayoría de las muertes se produjo no por quemaduras, sino por intoxicación debida al humo que ascendió desde el segundo piso a lo largo de las 19 plantas de que consta el inmueble.
Las 120 familias que ocupaban este edificio fueron evacuadas, y quienes no sufrieron intoxicación ni quemaduras han sido alojados en cuatro hoteles del mismo distrito; a todos ellos el alcalde les prometió un realojo rápido, ya sea de vuelta a sus casas o en otras viviendas "en condiciones dignas".
El alcalde subrayó el carácter multiétnico del barrio en general y de ese edificio en particular, con un gran porcentaje de inmigrantes, a los que ayer animaron a presentarse a pedir ayuda o indemnizaciones aunque su estatus sea irregular, con la promesa de que no iban a sufrir ninguna persecución por ese detalle.
Entre las víctimas hay una gran cantidad de gambianos o de personas con raíces gambianas, según confirmó hoy el embajador de ese país africano, Sheikh Omar Faye, presente hoy en el lugar de los hechos. "Mi país está en estado de shock", dijo el embajador, desplazado ex profeso desde Washington.
Hay sospechas de que haya dominicanos también entre las víctimas, según dijeron a Efe en el consulado dominicano en Nueva York, ya que en el edificio vivían numerosas familias de esta comunidad, pero no hay certeza del número de compatriotas afectados.
El cónsul dominicano, Eligio Jáquez, que estuvo presente junto a Adams y las autoridades del distrito, iba a hacer un recorrido por los refugios y hospitales de la zona para verificar la presencia de compatriotas entre los afectados.