"La magia del huevo en diez movimientos: dos gestos, duro. Tres, poché. Cuatro, frito. Cinco, revuelto. Seis, omelette. Siete, tortilla. Ocho, merengue. Nueve, mayonesa. Diez, soufflé. De todos los ingredientes del mundo, solo el huevo es capaz de dar tanto por tan poco". Gaston Acurio.
Las tripas de los partidos políticos no tienen mucho que ver con el discurso normalmente sosegado que muestran en los foros públicos, solo subidos de tono cuando se trata de atacar al rival. Lo vemos ahora con la presunta trama mafiosa Kitchen del PP en torno a la ocultación por el caso Gürtel de la existencia de un zulo en el que Bárcenas guardaba documentación comprometedora para altos cargos de su partido y cuyo nombre data de una operación de Estado para robar al propio Bárcenas esta documentación. Kitchen es cocina en inglés y la cocina suele ser el lugar donde se cuece todo, perolas y pucheros a todo gas humeando, tabla con vegetales cortados, sartenes rehogando sofritos bien condimentados, especias; en definitiva, la cocina es el lugar más importante de la casa porque de ella depende la existencia al nutrir a todos y, claro está, en torno a un buen cocinado la vida del colectivo resulta bien o mal. De su cantidad y calidad dependen número de comensales; la cocina une, también separa.
El comité ejecutivo de Ciudadanos anunció tras su reunión del pasado lunes los liderazgos autonómicos tras haber permanecido en silencio sobre este asunto durante meses -el equipo naranja cocina a fuego lento- y, como era de esperar, designó coordinador para Andalucía a Juan Marín, que compartirá el cargo con su otro de vicepresidente de la Junta. Marín ha atravesado un quinario con el sector crítico en su contra, que ha maniobrado todo lo posible para apartarle del liderazgo y que emana desde el senador Fran Hervía, la onubense Rocío Ruiz y el aún -no por mucho parece- portavoz parlamentario Sergio Romero, apartado de la coordinación provincial de Cádiz por cuanto el sanluqueño fue una apuesta personal suya y se siente especialmente traicionado por él. Arrimadas ha dado alguna concesión a los críticos, sobre todo en Almería con Rafael Burgos, o apartando a Elena Sumariva de acción institucional y nombrando ahí a la jiennense Mónica Moreno, que parte del sector crítico pero que el mismo lunes tarde llamaba a Marín tras el nombramiento alineándose tras él y es que no hay nada como el poder: cuando es sólido y se tiene se disipan tanto las dudas como los críticos. Que los hay en todas partes.
Ejemplo: Vox. José Manuel Martínez Ayala, hasta ahora concejal de la formación de Abascal en Sanlúcar de Barrameda, desde donde el sol sale a diario porque gusta acunarse por allí tras un sorbo de manzanilla y cena en Bajo Guía -cocina de élite-, ha dado sonoro portazo al yugo español espetando durante diez minutos de sesión plenaria, en resumen, esto: "Vox es un fraude, puro negocio; íbamos en contra de los chiringuitos, pero el mayor chiringuito que hay hoy en día es Vox. Solo saben hacer ruido, estábamos obligados a presentar mociones que nada tienen que ver con nuestras ciudades. Es una empresa muy rentable, con una estructura piramidal, donde lo único que importa es el dinero. Han recaudado diez millones en subvenciones. Se sustentan en un Viva España y en mover las banderas y sentirse español no es eso". Dicho lo cual, Vox lanzó un comunicado llamándole "pusilánime, desleal y de discurso fácil". De momento se ha ido al mixto y no se sabe si terminará en el PP, que es de donde salen concejales que terminan en Vox. Por cierto, y sobre esto, ¿qué ex cargo público del PP provincial está a punto de incorporarse a Vox? Hablando de chiringuitos, el que disfrutan Pablo Iglesias y su Montero en Unidas P -¿qué fue de su sistema asambleario y de los famosos círculos?-. Y para muestra un botón, el de la ministra de Igualdad en la portada de Vanity Fair: "Estoy descubriendo que la moda no es siempre impostura, también es una forma de expresar cómo eres". Pues eso, lo está descubriendo.
Lo del PP es, estos días, cocina de riesgo, hecha a base de hornillos y llamaradas. A lo de Kitchen y Almería, donde el tomate en hervor puede salpicar a muchos y entre ellos al alcalde de Roquetas y a una inquieta consejera de Agricultura, por esto y por otra razones porque prosigue la investigación por las obras por presunto sobreprecio en Confederación Hidrográfica cuando ella dirigía la delegación del Gobierno, se suma las disputas internas propias como la emergente en Cádiz, provincia, donde los dos sectores pugnan a machete limpio. Por un lado Ana Mestre con el respaldo de Sevilla y, en concreto, del presidente, por otro Sanz, Antonio, quizás moviéndole la presidencia para ponerle ahí a un alcalde electo -bien relacionado con Terol- e impulsando a Agustín Muñoz para futuro en la delegación e incluso como candidato en Jerez aprovechando la debilidad institucional de Saldaña -con quien su relación es, digamos, mejorable-. La tensión entre ambos bandos ya ni se disimula y en los actos públicos los codazos son notorios, el ejemplo fue este jueves con la visita del presidente de la Junta al hospital jerezano y el esfuerzo de Pelayo para conseguir la foto de Saldaña con Moreno Bonilla, que forzado a ella y segundos antes de marcharse le espetó, riendo: "Menudo flequillo te has puesto". Jé.
En Málaga la cosa no va mejor. José María García Urbano, alcalde de Estepona y que parte de la corriente de Cospedal, sufre del narcisismo de quien se cree merecedor de todo a raíz, quizás, de su formación notaria y como registrador de la propiedad y de los buenos resultados que siempre logró en su localidad . Quiso ir de dos en las últimas municipales en Málaga en la idea de sustituir a Torres cuando éste se marchara y ahora quiere que le aclamen para ir en las próximas como alcaldable por Málaga, si bien por la zona otros gallos le vigilan porque precisamente Málaga es hoy, dentro del PP, la cuna del poder. Está claro que el ayuntamiento es un dulce apetecible y que Paco de la Torre, a sus 78 años, está de salida. Urbano ha querido ser todo. Pero en política cuenta casi más el de dónde vengas que el cuánto vales y él no es de Casado, tampoco de Moreno. Su apuesta fue María Dolores, hoy vinculada en la trama Kitchen.
Para el final, el PSOE, donde bien es sabido que a nivel orgánico se cocinan siempre los mejores potajes porque hay mucho condimento y alrededor de la mesa se congregan gran número de comensales, todos ellos educaditos en el hábito de comer de la perola -cucharón y paso atrás-. Adriana Lastra propulsó a que Felipe Sicilia se postulara como alternativa a Susana Díaz y éste se lanzó a la piscina sin valorar cuánta agua había, a lo que la ex presidente de la Junta preguntada sobre ello respondió: "Felipe es un buen chaval", que en el argot gastronómico-político es como decir que es gracioso pero no es nadie. El caso es que el anuncio de Felipe consolida la cuestión de que en el congreso del PSOE-A a celebrar el próximo año Susana va a tener alguien enfrente sí o sí y ahora mismo hay hasta cuatro provincias con sus secretarios generales rumiando a favor de la idea: Jaén con Paco Reyes -hasta Zarrías dice no a la continuidad de Díaz y lo que está por ver es si el propio Reyes no está meditando ser él mismo el sustituto-, Huelva con Caraballo -pendiente de su tema en Aljaraque porque probable es que si la jueza confirma la imputación, que lo va a hacer, tenga que marcharse y entonces la pelea está servida con un sector crítico que encabeza el alcalde de Huelva, Gabriel Cruz, afín a Díaz según algunos aunque quien le conoce sabe que Gaby es afín a Gaby-, Cádiz con Irene García, que prosigue ganándose la confianza de los críticos a Díaz y a quien en Madrid ya ven casi de su lado, y Granada con José Entrena, muy cercano sobre todo a Ábalos. Córdoba y Sevilla -Antonio Ruiz y Fernando Villalobos- están con Susana Díaz. Otra cuestión es quién liderará la pelea contra ella. A Sicilia se le ve como un chico joven de imagen renovada y lo contrario a la ex presidente y eso suma, la ministra Montero ha perdido brillo nacional y eso igual la hace volver a tener opciones para bajarse al ruedo andaluz, aunque lo probable es que no, mientras que Ángeles Férriz quiere, es de un corte de mujer con carácter pero siente que el anuncio de Sicilia distorsiona su trayectoria por cuanto éste bebe del mismo sector crítico que ella. Luego está el alcalde de Sevilla, Juan Espada, que también quiere pero que mide el paso, ya se precipitó en aquel desayuno en Madrid y a Espada le gustaría que se lo pidieran aclamándole más que salir a pelearlo.
No hay receta perfecta, con todo. La cocina es un arte donde la unión del buen producto, la paciencia, saber marcar los tiempos de cocción de cada alimento, su orden de ejecución y condimentar a medida resultan esenciales para que el producto final -emplatado- sea excelente, solo bueno o directamente un asco. Grandes cocineros conoció la política a lo largo de su historia, tantos como en falta se echan en estos tiempos de tanta comida basura.
