Pilar aguardaba esta mañana a las puertas del Museo Picasso, con su preceptiva mascarilla, para reencontrarse con la obra del creador malagueño y de los artistas que le acompañan en un martes en el que Málaga ha vuelto a ser la ciudad de los museos con la reapertura de éstos tras más de dos meses.
Esta vecina de Málaga, visitante asidua del Museo, explicaba a Efe que el confinamiento le impidió ver la exposición temporal "Genealogías del arte o la historia del arte como arte visual", que se clausura el domingo, y por eso ha aprovechado esta primera jornada para visitarla.
"Venir hoy aquí es un poco normalizar la situación", señala Pilar, que suele visitar también otros museos de una ciudad donde también han reabierto el Centro Pompidou, el Museo Ruso, el Museo Carmen Thyssen o el CAC Málaga, entre otros espacios culturales.
A las diez en punto, cuando se han abierto los portones del Palacio de Buenavista, el edificio renacentista con elementos mudéjares erigido en el siglo XVI y que desde el 2003 alberga el Museo Picasso, le esperaba en el vestíbulo su director artístico, José Lebrero, que ha entregado a Pilar un obsequio por ser la primera visitante.
"Hoy es un día de alegría, por poder mostrar de nuevo una gran exposición temporal, y al mismo tiempo un día extraño y raro, porque significa preguntarse cómo vamos a ser capaces de afrontar lo que viene, que es difícil, ya que los museos tendrán que hacer un esfuerzo adicional para reivindicarse y para demostrar que son un bien de primera necesidad", asegura Lebrero a Efe.
El director confiesa que ha sido "bonito" al abrir las puertas ver tras ellas a Pilar y a su marido, "personas que vienen habitualmente al Museo y que son fieles", y que deseaban "reencontrarse con Picasso".
Durante los más de dos meses de cierre por el coronavirus han trabajado para, en la reapertura, "responder a las exigencias sanitarias de un modo profesional".
"Al mismo tiempo, queremos que la visita sea agradable. Los museos no son cárceles ni hospitales, sino espacios a los que van las personas a disfrutar y a aprender. Ésa es nuestra filosofía y la voluntad que tenemos, pero por supuesto respetando las normas que indican las autoridades", precisa Lebrero.
Y añade que, aunque exista todavía "cierto temor a salir a la calle, a ir a lugares que no son los comunes", hay "grandes alicientes como ver obras de Kandinsky, de Matisse, de Picasso, de Henry Moore o de Malevich en una gran exposición que nos gustaría ofrecer más tiempo, pero hay complejidades técnicas que lo impiden".
Si la muestra temporal concluye este domingo, al día siguiente se presenta la reordenación de la colección permanente, "una forma renovada de combinar las obras del Museo con las de la Fundación Almine y Bernard Ruiz-Picasso para el Arte" (FABA)", creada por el nieto del artista y su esposa.
"Picasso es un artista que, si se sabe ordenar y colocar de un modo adecuado, da sorpresas, siempre partiendo de que estamos hablando de un artista clásico ya en la historia del arte del siglo XX", avanza Lebrero, que espera que Picasso "de algún modo nos guíe este verano para recuperar a los públicos que tanto deseamos".
El Museo ha retrasado al primer tercio de 2021 la exposición temporal de Miquel Barceló que iba a inaugurar en junio, aunque sí mantiene en octubre -"si todo va según lo previsto", apunta Lebrero- la dedicada a la artista Meret Oppenheim.
"Servirá también para centrar el foco en la cuestión del género, de la mujer, porque Oppenheim fue una gran libertaria, que defendió siempre su libertad frente a quienes le decían cómo debían ser las cosas".
Lebrero reitera que este martes es "un día de alegría" y para plantearse si "lo que ha sido Málaga, la ciudad de los museos, va a poder seguir siéndolo", pero desde el Museo Picasso harán "lo posible para que la respuesta sea afirmativa".