Los abogados de la soldado del acuartelamiento de Bobadilla, en Antequera (Málaga), que denunció haber sido víctima de agresión sexual por parte de compañeros, han asegurado que pedirán más diligencias de prueba necesarias para esclarecer todo lo ocurrido y llegar "hasta el fondo" de los hechos, apuntando que su cliente, que está de baja, se encuentra "muy mal, destrozada".
Los letrados Manuel y Javier Rincón representan a la mujer, perteneciente al Ejército del Aire, que presentó una primera denuncia el 12 de diciembre del pasado año ante la Policía Nacional, por unos hechos sucedidos dos días antes, que se ha ido ampliando "conforme ha ido recuperando la memoria sobre lo sucedido", ya que asegura que fue drogada. Además, denunció otra agresión sexual sufrida en septiembre.
Actualmente, los abogados han asegurado a Europa Press que son cuatro los juzgados que tienen abiertas diligencias por estos hechos; en concreto son dos de la jurisdicción militar, uno en Sevilla y otro en Málaga; y dos de Antequera, en Instrucción 1 y el 2. Este último está en proceso de inhibición a favor de uno de los militares, que lo ha solicitado.
En este sentido, el letrado Javier Rincón ha asegurado que les "da igual que sea la jurisdicción ordinaria o la militar" la que lleve el tema "mientras se llegue hasta el fondo"; aunque ha considerado que "sería más beneficioso que conociera del asunto un juzgado ordinario, pero mi sensación es que va a ser uno militar el que va a llevar la investigación".
Los abogados han asegurado que cuando tengan acceso a todas las actuaciones las estudiarán y pedirán práctica de prueba. Ya han solicitado la declaración de su cliente en el Juzgado de Instrucción 1 de Antequera y que se contraste la prueba de pelo "y nos han dicho en principio que no, pero lo reiteraremos". Además, han indicado que están esperando los resultados del cotejo de restos de semen hallados en la ropa de la denunciante, "tras tomarse muestras de varios hombres".
DENUNCIAS
La mujer, que lleva ocho años destinada en el acuartelamiento de Bobadilla, realizó una primera denuncia el día 12 de diciembre del pasado año ante la Policía Nacional, en la que dijo que podría haber sido drogada en una celebración con otros compañeros el 10 de diciembre. Fue en un pub, tras lo que volvió al acuartelamiento, según consta en la denuncia, a la que ha tenido acceso Europa Press.
En esa denuncia señaló que el tiempo que estuvo en el local notó que la cerveza tenía un sabor amargo, pero que en ese momento no le dio importancia. Al día siguiente, tenía un fuerte dolor de cabeza y se hizo un test de detección de drogas, dando resultado positivo en barbitúricos. Se lo comentó a un mando, quien se lo comunicó a otro y le recomendaron denunciar los hechos.
El 22 de diciembre prestó una declaración ampliatoria al ir recordando algo más de lo sucedido aquella noche del 10 de diciembre, asegurando, según la denuncia, que estaba en la barra con dos compañeros, mostrando uno de ellos especial interés por ella y acercándose "más de lo debido". Además, dice que notó otra mano por detrás en el muslo, por lo que dio un manotazo.
Asimismo, otros dos se acercaron y empezaron a decirle "es que no veas como vienes", aunque no recuerda quiénes fueron. Cuando llegó su compañera le dijo lo ocurrido y que se había sentido "como un cacho de carne". Desde ese momento no recuerda más, salvo que fue al baño en el acuartelamiento de madrugada donde se da cuenta de que tiene las medias puestas.
En esa declaración policial, entregó un acta de la competencia ante el comandante del acuartelamiento, donde dijo que había sido objeto de un abuso sexual en septiembre por parte de un soldado, explicando que éste "la empujó hacia la habitación y la empezó a besar", dice en la denuncia, apuntando que cuando él quiso seguir la relación ella dijo que "besos vale, pero nada más", aunque aseguró que el hombre siguió intentándolo y también los tocamientos.
En enero de este año, en concreto el día 16, la denunciante volvió a ampliar su testimonio también ante la Policía Nacional respecto a lo sucedido en la madrugada del 10 al 11 de diciembre, aludiendo en este caso a la presencia de dos hombres en la habitación.