El grito desgarrador de uno de los 23 menores saharauis que han visitado hoy la Subdelegación del Gobierno en Málaga emocionó a todos los presentes. A pesar de su corta edad, sus palabras emanaban sensatez y sabiduría. El pequeño ha reclamado con voz alta y clara la independencia de este pueblo que lleva cuarenta años olvidado en el desierto de Tindouf, una tierra estéril al sur-oeste del territorio argelino.
“Me siento muy feliz por estar en Málaga y quiero dar las gracias a las familias que nos acogen durante este verano, pero también quiero deciros a todos que quiero mi país, quiero mi libertad, quiero nuestras costumbres, quiero la independencia del Sáhara”, ha expresado este niño con gran emoción.
Un total de 23 niños saharauis de los 79 que disfrutan de esta temporada estival en la provincia y numerosos familiares de acogida participaron ayer en un acto de bienvenida a estos protagonistas del programa ‘Vacaciones en paz 2016’.
El subdelegado del Gobierno, Miguel Briones, ha puesto en valor la “vocación de solaridad” de las familias con el pueblo saharaui, que “ha sufrido mucho porque no existe una identidad de este territorio reconocida mundialmente, pero España sí reconoce la importancia de este pueblo”.
El delegado del Sáhara en Málaga, Abdelahe Hamad, ha agradecido la solidaridad de estas familias, porque estos niños han nacido en un desierto inhóspito y aquí “pueden respirar aire puro; aquí reciben lo que no tienen en su tierra, la libertad”.