El cierre de camas este verano en el Hospital Materno Infantil de Málaga, concretamente las 47 camas de la séptima planta de cirugía tocoginecológica, donde muchas de las enfermas han sido operadas por un proceso oncológico, obligó a trasladarlas a la planta de maternidad, la quinta, compartida junto con las pacientes de puerperio con sus correspondientes recién nacidos.
El cierre de esta planta de cirugía motivó ayer una situación cuanto menos esperpéntica: el ingreso de una mujer a la que se le practicó una cesárea por feto muerto en la planta octava, destinada a pacientes de alto riesgo obstétrico, ha denunciado el Sindicato de Enfermería Satse.
Esta paciente ha estado ingresada en esta misma planta durante un mes por un embarazo de alto riesgo, explicó Manuel Quero, delegado de Satse en el Materno. “Ahora esta mujer vuelve al mismo sitio en el que esperó un feliz alumbramiento y donde están ingresadas otras embarazadas. Es totalmente inadecuado para la situación emocional y psicológica en que se encuentra”, ha detallado.
De hecho, esta paciente ha mostrado hoy mismo su malestar al personal sanitario por haber sido ingresada en una planta junto con otras gestantes.
El representante sindical ha achacado este caso al “caos organizativo” que está padeciendo el centro hospitalario tras el cierre de la planta de cirugía y la reagrupación junto con las puérperas.