El tranvía al Hospital Civil sigue en punto muerto. La nueva reunión entre la Junta de Andalucía y el Ayuntamiento de Málaga para desbloquear el proyecto culminó este jueves sin acuerdo y con una bronca monumental en un encuentro en el que las caras de compostura ‘para la foto’ dieron paso a una bronca discusión en la que se elevó, y mucho el tono. Y es que las posturas de ambas instituciones parecen más alejadas que nunca.
El Gobierno andaluz defiende continuar con el proyecto en superficie planteado en el protocolo firmado en 2013, mientras el Consistorio insiste en su alternativa de metrobús, “más barata, viable y que no cuenta con oposición vecinal, se merece que la escuchen”, defendió ayer el edil de Urbanismo, el popular Francisco Pomares, que criticó que la Junta “no contó con nosotros para nada, ahora estamos defendiendo a los malagueños”.
El gerente de la Agencia de Obra Pública, José Francisco Pérez, espera que el Ayuntamiento “cambie esa obcecación”. La Junta de Andalucía avanzó que rebatirá con informes jurídicos que el metrobús no es lo más adecuado para la movilidad a través de Eugenio Gross y Blas de Lezo. “Esas líneas de autobús perjudican al ciudadano, tiene que hacer transbordo, es más caro y pierde tiempo”, contestó.
El regidor popular, Francisco de la Torre, sigue lanzando el guante al consejero de Fomento, Felipe López, para discutir las posturas políticas, mientras a la concesionaria del metro no le salen las cuentas. Con el tranvía planificado la red prevista en Málaga debe alcanzar el horizonte de 20 millones de viajeros en en el año 2019. Tres de ellos vendrían de los casi dos kilómetros tan en entredicho.