Aunque con carácter extraordinario para cerrar flecos sobre la nueva estructura municipal, el que ha sido el primer pleno de la nueva Corporación malagueña no ha estado exento de polémica. La oposición ha mostrado sus reticencias a la anunciada regeneración democrática en la ciudad. Lo hacen tras las últimas polémicas sobre vuelta de antiguos ediles del PP al Consistorio o el baile de propuestas entre PP y Ciudadanos sobre sueldos de directivos.
Empezando por la portavoz socialista que asegura que, tras doce días de gobierno, nada ha cambiado. María Gámez considera papel mojado el acuerdo de investidura PP-Ciudadanos y califica como fraude de ley mantener a directivos en puestos que por ley deben ser ocupados por funcionarios.
En la misma línea, desde Málaga Ahora que considera que la discusión sobre sueldos y cargos queda muy lejos de la realidad actual que viven los malagueños.
Eduardo Zorrilla, de la coalición Málaga para la Gente, también ha ido más allá al pedir que desaparezcan del organigrama oficinas como la de Grandes Infraestructuras o Inversiones, al entender que sus funciones están duplicadas en la administración.