El anuncio en Twitter de que dejaría su habitual espacio en el Café Central tras la denuncia de la Policía Local causó un gran revuelo. Pero tranquilos, de momento, Javier Castaño, el conocido limpiabotas de Málaga, sigue al pie del cañón abrillantando zapatos y dando lustre a la imagen de la céntrica Plaza de la Constitución.
Tras tres años en el mismo sitio, con permiso de los dueños del Café, el asturiano afincado en Málaga que regala además cuentas de Twitter a los gobiernos de ciudades como Río de Janeiro, Madrid o Roma, no entiende por qué ahora supone su presencia un problema.
Trasladarse a otro sitio no le compensaría, máxime teniendo en cuenta la inminente llegada del verano donde las chanclas y sandalias de guiris y autóctonos merman sus ingresos. Aunque no descarta buscar refugio en otro lugar, o encontrar algo mejor de lo suyo, Javier admite sentirse abrumado por el cariño con el que han respondido los malagueños ante la amenaza de que el limpiabotas más famoso de Málaga desaparezca de su lugar de faena.
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