El hombre acusado de matar supuestamente a una mujer de 31 años, con la que estaba en su casa de la localidad malagueña de Fuengirola, tras haber discutido ambos por el paradero de un dinero del procesado, se ha declarado inocente del delito de homicidio del que se le acusa.
Así lo ha indicado este lunes el hombre, al que juzga un jurado popular, y que ha contestado a todas las preguntas tanto de la Fiscalía como de la acusación particular y de la defensa. Durante su intervención ha asegurado que no tenía intención de acabar con la vida de la mujer y que todo se desencadenó "tras un forcejeo, a consecuencia de que yo le pidiera explicaciones por el dinero que me había quitado".
Según ha relatado el propio acusado, todo ocurrió un 31 de diciembre de 2011, "cuando salí de trabajar y me dirigí a un conocido supermercado de la localidad, situado cerca del paseo marítimo de Fuengirola". Al entrar, ha continuado, "la vi saliendo del baño del supermercado y ella me llamó y me dijo que me conocía, yo no me acordaba de quién era, pero me felicitó las fiestas y me comentó que no tenía donde pasar la noche ni con quien cenar, por lo que la invité a que viniera un rato a casa".
Tras esto, "salimos del supermercado y nos dirigimos a mi casa. Una vez allí, ella me pidió que si podía bañarse y cambiarse de ropa y yo le dije que sí, incluso le ofrecí un pijama", ha añadido. "Cuando salió de la ducha me pidió con insistencia que si podía ir a por un mechero y me empezó a tocar. Finalmente me convenció", ha dicho.
"Fui al paseo marítimo a por el encendedor y cuando llegué, a los 20 ó 25 minutos, abrí la puerta de mi casa y vi que ella estaba en el balcón. Me dirigí a la ventana de mi cuarto y observé cómo lanzó algo parecido a una pelota arrugada a otra persona que estaba en la calle oculta tras uno contenedores", ha proseguido el acusado.
A continuación, según ha relatado, "vi que los cajones del dormitorio estaban abiertos y me dirigí hacia un perchero en el que tenía colgada una chaqueta con dinero, pero éste no estaba en la cartera". El hombre ha explicado que le pidió explicaciones, "le dije que sólo estábamos los dos, hablándole bien, y que me había robado. Ella se puso muy nerviosa, pegando voces y chillidos y yo le dije que el dinero me lo tenía que devolver porque me lo había ganado con mi trabajo".
Tal y como ha relato el acusado, "me tiró unas pocas cosas que había en el mueble, y no paraba de decir que me iba a cortar el cuello y que era un viejo verde". El hombre ha asegurado que se sintió intimidado por la mujer, por lo que se dirigió a la cocina. "Ella me persiguió y cogió algo parecido a un taladro que había en la casa y me agredió por lo que yo intenté defenderme", ha añadido.
Ha relatado que comenzaron a forcejear en la cocina, "caí al suelo pero pude levantarme. Ella quería coger un cuchillo pero yo no la dejé", ha asegurado. Acto seguido, según ha apuntado "le di un par de golpes con la botella en la cabeza y cuando vi que no se movía salí de mi casa por miedo a que la otra persona que había escondida tras los contenedores acudiera en auxilio de la mujer y me matara".
"Volvía alrededor de las 03.00 horas de la madrugada a casa y vi que ella seguía allí, se había movido un poco, incluso había cambiado de posición", ha continuado. "Me tomé tres pastillas y me eché un momento en la cama a pensar todo lo que había ocurrido, pero me quedé dormido. Me desperté a las 07.00 horas de la mañana y vi que continuaba allí", ha añadido, "pero ya estaba muerta, tenía cambiado el color de piel e incluso desprendía olor".
Tras esto, "abrumado por lo ocurrido y atormentado", según ha manifestado la defensa, salió de casa y se dirigió al paseo marítimo. Volvió horas después y envolvió a la víctima con uno plásticos y unos cables. "No había ni un alma en la calle y me la llevé alrededor de las 20.00 horas", ha precisado.
Posteriormente, la trasladó hasta la rambla del Arroyo Real, situada en Fuengirola, depositando el cuerpo sin vida debajo del puente. "Regresé a casa a por una alfombra y se la llevé porque tenía remordimiento", ha apuntado.
El acusado ha reiterado que no tenía intención de acabar con la vida de la mujer, de la que tenía miedo tras su reacción al acusarla del robo; y ha añadido que desde el primer momento tenía pensado entregarse. "Nunca olvidaré los días que he pasado, en la calle no se puede estar con ese remordimiento", ha apostillado.
Para concluir ha asegurado que tenía pensado entregarse desde el momento en el que ocurrieron los hechos. "Cuando los agentes de policía llegaron a mi casa el día 11 de enero ya tenía la maleta hecha para entregarme", ha relatado.
La Fiscalía acusa al hombre por un delito de homicidio y solicita, además de los 13 años de prisión, que indemnice a los familiares de la mujer con la cantidad de 400.000 euros. La dos acusaciones particulares, tanto la del padre de la víctima, como la de uno de los hijos de ésta, piden cada una 13 años de prisión, y una indemnización de 200.000 euros.