El Hospital Clínico es
centro de referencia en el diagnóstico y tratamiento del Pseudoxantoma Elástico (PXE). Pacientes de
toda España acuden a Málaga, a esta unidad, para recibir un tratamiento adecuado y poder luchar contra esta patología con la ayuda de un
equipo multidisciplinar integrado por los servicios de Medicina Interna, Oftalmología y Dermatología a nivel de atención clínica. A estos trabajadores se suma el Instituto de Investigación Biomédica (Ibima)-Plataforma Bionand con
estudios de investigación, a través de ensayos clínicos que se están llevando a cabo para mejorar lo conocimientos de esta enfermedad. Actualmente
tienen en seguimiento a unas 70 personas.
Es una
enfermedad rara, afecta a menos de dos personas por cada 100.000 habitantes, y es
hereditaria, “en la que los padres no tienen ningún síntoma”, especifica el catedrático de la UMA e Investigador de Ibima-Plataforma Bionand, Pedro Valdivielso, lo que dificultad “predecir qué paciente la va a desarrollar”.
Sus principales síntomas son afectaciones dermatológicas, a nivel de los vasos sanguíneos y a nivel visual. Por lo general, la
primera señal son lesiones cutáneas, sobre todo en el caso de las mujeres. Durante la adolescencia, entre los 14 y 20 años, suelen aparecer en el cuello “ciertas lesiones” que “obligan a los padres a llevar al joven al dermatólogo”, explica el especialista. El
segundo síntoma más importante es la pérdida de visión, llega con el paso del tiempo, tras los 40, 50 o 60 años. La tercera manifestación es la
afectación de las arterias, con mayor incidencia en las situadas en las piernas: “
No fluye bien las sangre y puede haber claudicación intermitente; es decir, el paciente tiene que pararse, porque cuando camina le duelen las piernas”
Esta patología
no acorta la esperanza de vida de los pacientes, pero sí “se
altera muchísimo la calidad de vida”. Tal y como cuenta Maite González, presidenta de PXE España, cuando se presentan los problemas visuales “llega un momento en el que la
vida laboral se corta y en la vida diaria hay inconvenientes graves”. Los
niveles de discapacidad “son muy altos”, la pérdida de visión es del “
65 o 75 por ciento e, incluso, se puede llegar a la ceguera”.
A día de hoy la PXE no tiene cura, pero hay
tratamientos para ralentizar el avance de los síntomas y herramientas, como una
nueva guía con información médica, psicológica y sociales, que ayudan a
frenar la bomba que es el diagnostico. El objetivo es que las casi 100 páginas que forman la ‘guía para pacientes de Pseudoxantoma Elástico y sus familias’, ayuden al paciente “a prepararse”. En definitiva, que una persona, ante el diagnostico, “se pueda poner delante de la guía e
ir despacito asimilando lo que tiene. A partir de ahí, se le plantearan dudas y podrá enfocar un proyecto de vida”.