El próximo 23 de mayo de 2019 se cumplirán 37 años desde la celebración de las primeras elecciones al parlamento andaluz. Aquel mismo día de 1982, Rafael Escuredo se convirtió en el primer presidente de la Junta de Andalucía tras unos comicios en los que el PSOE arrasó en las urnas y logró 66 escaños.
Los socialistas volverían a repetir mayorías absolutas en 1986 (60), con Rodríguez de la Borbolla, y 1990 (62), con Manuel Chaves, que volvería a ser el candidato y el presidente autonómico en 1994, 1996, 2000, 2004 y 2008. Pese a sus victorias, Chaves vivió momentos complicados durante toda una década, a partir del 94, a causa de un desplome en las urnas que coincidió con el auge del PP de José María Aznar a nivel nacional y municipal.
De los 62 diputados del 90 cayó a los 45 de 1994. Tuvo que gobernar en solitario frente a la famosa “pinza” de PP e IU. Fue por espacio de apenas dos años, obligado a convocar de nuevo elecciones, tras las que el PSOE no recuperó la mayoría absoluta pero sí llegó a los 52 diputados, que unidos a los cuatro del PA le permitieron completar la legislatura. En 2000, con idéntico resultado, alcanzó acuerdo de gobierno con el ya posteriormente fagocitado Partido Andalucista, que vivió entonces sus últimos años de gloria víctima del abrazo del oso y del mejor resultado del PSOE en Andalucía desde 1982: los 61 escaños logrados por Manuel Chaves en 2004, apenas tres años después de habilitar la famosa partida presupuestaria 31L que le ha llevado a sentarse actualmente en el baquillo por el caso de los ERE -acotación histórica-.
En 2008 repitió mayoría absoluta (56) antes de ceder el testigo a Griñán, único candidato socialista que no logró ganar unas elecciones andaluzas. El PP de Arenas, que se veía en el Palacio de San Telmo, se quedó en 50 y la suma de PSOE (47) e IU (12) impidieron un cambio de gobierno que sigue sin producirse 36 años después; tantos, como años duró la dictadura de Franco. Al PSOE-A solo le ha faltado, para coronar la trayectoria, un anuncio de la Mitsubishi en el que un pastor alejado del mundo pregunte por ellos en vez de por el Madrid de las Copas de Europa.
Si Susana Díaz no adelanta la convocatoria de elecciones, las de 2019 coincidirán con esos 37 años de gobierno socialista en Andalucía. Y si le cabe alguna duda sobre cuál puede ser el resultado que deparen esos comicios, la encuesta que publicamos este domingo en andaluciainformacion.es les augura cuatro años más de gobierno del PSOE, lo que exige un tratado sociológico que explique, sin miedo a la censura, cuáles son las causas reales sobre las que se asienta tan imperecedero predominio, porque como decía mi profesora de Periodismo Político, Carmen Herrero, “no puede haber tanta gente equivocada”.
El resultado de la encuesta, eso sí, retrotrae al PSOE al peor registro de su historia, 45 escaños, pero suficientes para apoyarse en Ciudadanos (23) o Unidos Podemos (16) para prolongar su histórica racha en el poder al frente de Andalucía, y tal vez porque este PSOE es el que más se sigue pareciendo al PSOE “de toda la vida” -ése mismo que se niega a abrazar Pedro Sánchez-, pero, también, el que mejor sabe buscarle las vueltas al PP, que, por cierto, a través de esta encuesta, podrá palpar el efecto de su campaña de creación de 600.000 empleos si llega a gobernar en Andalucía.
Búsquenle las excusas, coartadas y justificaciones que deseen al resultado del macrosondeo, sobre todo las que apelan al auge de Ciudadanos -¿tan ocasional como con fecha de caducidad?- y al derrumbe del PP -¿ha entrado en vía muerta el proyecto de Juanma Moreno?-, pero no se dejen llevar en exceso por los sentimientos; a lo que hay que buscarle explicación es a los que pueden ser 41 años de gobierno de un mismo signo en Andalucía, ya que la única posible en este momento es la que remite a una de las célebres frases de Giulio Andreotti: “El poder desgasta, sobre todo cuando no se tiene”.