La Procesión de clausura del II Congreso Internacional de Hermandades y Piedad Popular ha brindado una estampa única para la historia de la Semana Santa sevillana: el reencuentro, frente a frente, de las imágenes de la Esperanza de Triana y la Esperanza Macarena en el trascoro de la Catedral de Sevilla. Este momento, cargado de simbolismo y emoción, no se veía desde la inolvidable Madrugá de 1995, cuando ambas devociones se refugiaron en el templo debido a la lluvia.
El encuentro de las dos Esperanzas se produce en un contexto solemne, con motivo de la mayor procesión de la historia de Sevilla. Juntas, forman parte de los siete pasos que han sido situados en el trascoro de la Catedral, acompañadas por el Gran Poder, el Cachorro, Setefilla, Valme y Consolación, mientras que la Virgen de los Reyes preside el altar del Jubileo.
Este hito reúne a las grandes devociones penitenciales de Sevilla, junto a las advocaciones marianas más significativas de la provincia, en un marco excepcional que difícilmente se repetirá. La coincidencia de la Macarena y la Esperanza de Triana, dos de las imágenes más veneradas de la ciudad, simboliza la unión y la fortaleza de la devoción popular sevillana.
En palabras de numerosos cofrades presentes, este reencuentro es “un momento para la eternidad”, que quedará grabado en la memoria de los sevillanos como uno de los episodios más emocionantes y trascendentales de la historia de las cofradías.