La parroquia de las Viñas lleva un mes cerrada al culto y no volverá a abrir sus puertas al menos hasta mediados del próximo mes de octubre, según lo que se desprende de los proyectos de obra que se han puesto sobre la mesa del Obispado.
El inicio de las actuaciones parece ya inminente, pero la ejecución de las actuaciones que deben acometerse contará con un plazo de tres meses.
Incluso, cabe la posibilidad de que esos plazos se dilaten si se tiene en cuenta que el sector de la construcción tiene jornada intensiva en el periodo estival.
Las actuaciones incluirán el saneamiento de los techos, pero también una reforma integral del presbiterio, que se estaba hundiendo.
En esta zona del templo serán necesario aplicar 90 metros cuadrados de hormigón, que probablemente obliguen a modificar la solería de todo el edificio.
La actividad de la parroquia se ha trasladado al oratorio provisional habilitado en las dependencias de la Hermandad de las Viñas, donde se están celebrando las eucaristías diarias, bodas y bautizos.
La cofradía tiene ante sí el problema de que el cierre de la parroquia ha coincidido con la celebración de los actos organizados con motivo del aniversario de la coronación canónica de María Santísima de la Concepción, que incluyen una salida bajo palio hasta la Catedral el próximo 1 de diciembre.
El hermano mayor, Manuel Jesús Tristán, entiende que en el mejor de los casos “se va a llegar muy justo”, porque una vez finalizadas las obras será necesario acometer tareas de limpieza.
Además, el hecho de que la sede de la hermandad esté siendo utilizada como parroquia provisional dificultaría una eventual salida desde esas dependencias.
La hermandad cuenta, llegado el caso, con el ofrecimiento de la parroquia de San Miguel, desde la que podría organizarse esa procesión.
Sin embargo, todo ello acarrearía nuevos problemas, porque esta posibilidad obligaría a nuevos traslados.
Por eso, de momento se confía en que las obras comiencen cuanto antes y se cumplan los plazos que se han previsto.