Empieza la segunda ronda de consultas del Rey y tras la jugada de Iglesias y contra jugada de Rajoy parece que todos vuelven al mismo sitio. Rajoy pasó el testigo y ahora los demás no saben que hacer con él y es por ello por lo que vuelven a intentar mirar al presidente para justificarse. Siempre es bueno que haya alguien a quién echarle las culpas de todos.
Hay que reconocer que la irrupción de la operación en el PP de Valencia vino a echar más leña al fuego en un momento clave. Tan clave que parecía que alguien había esperado hasta ese momento para que saliera en los telediarios. Ante un señor que apareció, allá por mayo y coincidiendo con las elecciones municipales, en un video contando dinero de comisiones no parece muy razonable que, siete meses después, la operación haya coincidido precisamente con la negociación. Las casualidades en política no suelen ser lo habitual.
Pero la realidad de las nuevas presiones al presidente parece fundamentarse en la total incapacidad de formar pactos o, más bien, en el miedo o la oportunidad de hacerlo. A Pedro Sánchez se le ve, a Rivera se le intuye porque es más astuto y a Susana Díaz le ha salido un rosetón en la cara donde afloran sus ambiciones.
Los números son los números y en la cama no caben los tres. Pedro Sánchez estaría encantado en acoger a Rivera e Iglesias en su regazo. Estos dos lo quieren utilizar como el tonto útil para secundar su estrategia. Pero ambos, Iglesias y Rivera, no quieren meterse en la misma cama. Y entonces la suma no da. Todo esto no hubiésemos podido verlo de forma tan nítida, si Rajoy no hubiese dado un paso al lado.
Y para intentar tapar sus estrategias, tanto PSOE como Ciudadanos argumentan que no pactarán con Rajoy por los asuntos de corrupción que han salpicado a personas del Partido Popular. Es curioso que esto lo diga alguien del PSOE y más curioso aún que quieran tener más legitimidad que los siete millones doscientos mil españoles que confiaron en el PP. Pero dicho esto¿acaso usted les ha oído decir claramente que estarían dispuestos a apoyar al PP si lo liderara otra persona?¿O sólo buscan humillar al Partido Popular para después buscar otra excusa y seguir con sus apaños?Los españoles no hemos oído ninguna propuesta en esta línea y todo parece indicar que la figura de Rajoy no es para ellos un escollo sino una escusa para no enseñar la patita. A Pedro Sánchez, Rivera y Susana Díaz les interesa que siga Rajoy para poder echarle las culpas de sus fracasos en la aritmética de apoyos. El problema de Sánchez no es Rajoy, es que quiere el poder y no le salen los números. La corrupción no es el problema, es la excusa sobre la que aupar sus ansias de poder. Y a pesar de saber que este acuerdo está condenado al fracaso, siguen tratando a los españoles como si fuésemos menores de edad.
El problema de Pedro Sánchez y el PSOE no es Rajoy. Su problema se llama Pedro Sánchez y PSOE. ¿Y España? Ah España, sí, sí, claro.
Jerez
Pactos, fracasos y patitas
Pedro Sánchez estaría encantado en acoger a Rivera e Iglesias en su regazo. Estos dos lo quieren utilizar como el tonto útil para secundar su estrategia. Pero ambos, Iglesias y Rivera, no quieren meterse en la misma cama
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