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?Me siento orgulloso de que mis hijos puedan ver la pieza original?

"Algeciras es víctima de su propia historia. Sólo hay que ver fotos antiguas para ver lo que era antes"

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  • El agente local Salvador León. -
El policía local Salvador León Gallardo propició en estos últimos días el hallazgo de la forja del mosaico de Helmut Siesser, que llevaba perdido más de quince años. Con 23 años de servicio a sus espaldas, más de la mitad de ellos como motorista y hoy, como encargado del suministro de material y en tareas administrativas en la sede policial, su amor por el patrimonio y celo en la práctica de su labor condujo a la recuperación de tan apreciada pieza.
"Algeciras es víctima de su propia historia. Sólo hay que ver fotos antiguas para ver lo que era antes"
—Tratándose de un elemento que llevaba perdido largo tiempo, ¿cómo se las arregló para reconocer la forja de Siesser?

—Pues en primer lugar porque da la casualidad de que conocía esa obra e incluso tuve la ocasión de departir, en su momento, con el autor. Cuando la vi en lo alto de aquella azotea no me cupo duda alguna de que estaba delante de la forja metálica desaparecida.

—¿En qué circunstancias la encontró?

—Estaba fuera de servicio. Mi suegro me había pedido ayuda para reparar una antena, en la calle Regino Martínez. Al subirme pude observar la pieza que actuaba como elemento decorativo en la azotea adyacente.

—¿Cuál fue su reacción inmediata ante tan inesperado hallazgo?

—Pese a que estaba bastante seguro de lo que había encontrado, decidí dejar el asunto en stand by hasta que reuniese los datos suficientes. Hace escasas fechas tuve conocimiento por la prensa de que se iba a restaurar, así que decidí ponerme en contacto con una conocida en el museo que a su vez me comunicó con la directora del Museo Municipal, Pilar Pintor.

—¿Qué le dijo la directora del museo cuando le comunicó que había encontrado la pieza?

—Se mostró muy sorprendida y me preguntó si estaba seguro. Yo le contesté que conocía la obra y que apostaba mi vida a que lo era. La restauradora encargada de la obra, Yolanda Oliva, se puso en contacto conmigo para confirmarme que se trataba del forjado en cuestión y entonces informé a mis mandos.

—Una vez descubierta la pieza se pudo haber pensado en una sustracción intencionada, ¿Estaban preparados para cualquier eventualidad?

—Lo cierto es que resultó enormemente fácil recuperar el forjado. La Jefatura envió una patrulla y esta contactó con el propietario, quien no puso el más mínimo impedimento para la recuperación del elemento artístico.

—No se produjo detención. ¿Pudo ser casual que tuviera la pieza?

—Es lo más probable, habida cuenta de que el propietario de la casa fue el primer sorprendido. En la época en que la forja se perdió, era frecuente que los niños saltaran la tapia y dañasen los hierros, que podían haber estado tirados de cualquier manera y caer en manos de alguien que ni tan siquiera supiera de qué se trataba.

—¿Se le había dado un caso parecido durante sus años en la calle?

—Sí. En dos ocasiones anteriores. Hace años, estaba de servicio en la calle Real cortando el tráfico cuando los obreros hallaron unas tinajas. Fui yo mismo quien lo puso en conocimiento del Museo Municipal. El segundo caso fue muy reciente. Observé un vehículo que portaba tres grandes bolaños que resultaron haber sido sustraídos de las Murallas Meriníes.

—¿Cuál es la mayor satisfacción que siente por este episodio?

—Que cuando el mosaico esté restaurado mis hijos puedan pensar que aquello es el original gracias a la actuación de su padre.

—Como aficionado, ¿Cree que se cuida el patrimonio de la ciudad?

—Pienso que Algeciras es víctima de su propia historia. Sólo hay que ver fotografías antiguas para ver cómo era antes y cómo es ahora. El crecimiento urbanístico ha hecho también mucho daño.

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