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Jerez

La unión es posible si se evitan los personalismos

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La unión del xerecismo es posible, siempre y cuando se olviden los personalismos, las peleas pueblerinas y se piense en clave de ciudad de una vez y por todas. Los chismorreos de pueblos, porque aquel me llamó h.de p y aquel no es nadie para mandar y lo que aquel hizo estuvo mal y no se lo perdono y lo que habló aquel de mí tampoco, solo conducen al empobrecimiento mental de las ciudades, a quedanos en peleas de patios, de aldeas, con el máximo respeto a las aldeas, y nunca para estar a la altura de una ciudad que se enorgullece de ser la quinta de Andalucía y la primera, con diferencia abismal en lo demográfico, de esta provincia. La unión del xerecismo es beneficiosa para todos, pero siempre y cuando cada uno se quite sus etiquetas y piense en lo bueno que esa unidad de acción puede generar para el deporte del fútbol en particular y, por ende, para el de la ciudad en general. Los conceptos trasnochados deben dar paso a una apertura de miras, a ver el futuro con la tranquilidad de que todos reman en la misma dirección, aunque al final el balón redondo pondrá al equipo donde se merece. Romper antipatías, olvidar esa guerra civil de enfados, malos modos, y pensar que Jerez tiene futuro también en el fútbol, despertar de su letargo a aquellos que, hastiados de tanto francotirador suelto, se han quedado en sus casas viendo el fútbol por la televisión, es algo que se puede conseguir pero con la buena voluntad de todos. Y si alguien quiere ser directivo o presidente y cumple con los estatutos, que se presente y ahí estarán los aficionados para votar las candidaturas que lleguen en 2017. El xerecismo no es de unos ni de otros, es de todos los que sienten esos colores, los que tienen esos sentimientos. Esos sentimientos que cada uno tenía colocados en un lugar pero que, al final, son los mismos. Esos sentimientos son los que hay que unir y hacer, después de muchos años, un proyecto netamente jerezano, un proyecto que llegue de verdad a la cantera, hablando, negociando concesiones, intentando que, por vez primera quizá en la historia, la cantera de Jerez sea capaz de trabajar por el equipo, que ya está bien de ver autocares llevando niños de las barriadas a Sevilla o Cádiz. La unión hace la fuerza. Pero la unión de verdad.

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