Los Claustros de Santo Domingo acogen hoy, a partir de las 20.00 horas, la presentación del libro titulado Jerez, entre la grandeza y la pobreza, original de José Castaño Rubiales y cuyos beneficios serán destinados íntegramente a los fines de la asociación Obispo Rafael Bellido Caro, que abastece de pan a diversas organizaciones sociales de la ciudad.
El acto de presentación se va a llevar a cabo en el intermedio de un recital que tendrá como protagonistas a la soprano Desireé Seglar y al concertista de guitarra José Manuel Delgado, que interpretarán temas del cancionero andaluz originales de Manuel de Falla y Federico García Lorca. La entrada al acto tiene un precio por pareja de 25 euros, que da derecho a retirar un ejemplar de este nuevo trabajo bibliográfico, que consta de dos tomos que suman alrededor de setecientas páginas.
La edición del libro ha sido posible después de veinte años de trabajo, teniendo como objetivo esbozar algunas de las claves que caracterizan a la sociedad jerezana. El propio Castaño trata de analizar en el trabajo distintos aspectos de la evolución de la ciudad desde la llegada de Alfonso X El Sabio e incluso considera que ese propio devenir histórico ha estado “condicionado” por el clima.
La propia repoblación de la ciudad, “con presencia de la aristocracia”, empieza a imprimir su carácter al municipio, que posteriormente alumbró a reconocidos “aventureros”, entre los que destaca Álvar Núñez Cabeza de Vaca. El trabajo aborda igualmente el “frustrado” intento de la ciudad de contar con maestranza y chancillería, así como el desembarco de familias británicas animadas por el negocio de la viticultura, imprimiendo “un sello” a la ciudad que según Castaño “aún perdura”.
Ya en el siglo XIX se hace referencia a una serie de jerezanos, como Paúl Angulo, Ramón de Cala o Fermín Aranda, que apuestan por una transformación “política y social” de la ciudad tras haber tenido ocasión de estudiar “en los mejores colegios de Francia e Inglaterra” y descubrir de este modo que Jerez “estaba anclada en una serie de herencias que no estaban de acuerdo con lo que se cocía en Europa”. “A su regreso, se rebelan contra sus propias familias y contra la sociedad, optando por la defensa de la igualdad y el derecho de las personas humildes”, explica.
En el trabajo se aborda también la inexistencia de una clase media. “Aquí siempre hubo ricos y pobres, y fue con la llegada de las azucareras cuando empieza a florecer una clase media, aunque el sentimiento del jerezano le lleva siempre a convertirse en señorito, sobre todo cuando sale de su tierra. Hoy tenemos 214.000 habitantes y apenas 300 señoritos, pero el resto somos señoritos en potencia, o en impotencia, porque siempre hemos ido roneando a todas partes”, aclara José Castaño Rubiales. n

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