No sobrepasan los doce años, pero tienen a comerciantes y vecinos de Las Torres atemorizados. Aunque a priori la situación puede resultar ridícula, debido a su corta edad, los residentes aseguran estar aburridos de tener que aguantar a diario sus insultos con palabras malsonantes a niños y mayores sin contar con el vandalismo del que también hacen gala.
De hecho, los denunciantes prefieren no identificarse por miedo a represalias, ya que aseguran que sus padres son conscientes de los problemas que causan a diario sus hijos, pero la situación empieza a ser insostenible y temen que un día algún vecino no pueda soportarlo más, salte y sus progenitores se les echen encima. “Son los futuros delincuentes de la barriada…qué va a pasar cuándo tengan 15 años? No nos dejan vivir, vas andando y te faltan el respeto y si les dices algo o te acercas a llamarle la atención se enfadan y se ponen violentos”, se quejan los afectados.
Mientras tanto, tienen que aguantarlos “desde que salen del colegio y hasta las once de la noche” y ver cómo les lanzan piedras, tiran contenedores de basura y pintan el barrio, a veces con la presencia de sus padres incluso. “Vienen de la misma familia, son gente de fuera que llevan ya varios años en Jerez que incluso tienen antecedentes por robos con violencia”, critican; de ahí el temor de los vecinos porque al final estas circunstancias desemboquen en un enfrentamiento con los padres.
Denunciar a la Policía
Según narran los propios vecinos, hace varias semanas en la Parroquia del Perpetuo Socorro de la barriada, vivieron un episodio cuanto menos surrealista cuando el propio párroco se vio obligado en un momento dado a interrumpir la misa por la acción de estos menores.
Más recientemente el último fin de semana, durante la celebración del Día de Andalucía, los propios músicos de la orquesta dieron quejas a los vecinos porque estaban golpeando los instrumentos y molestándoles. Además, en el barrio temen que cualquier día atropellen a alguien porque tienen una moto pequeña de gasolina que conducen por la barriada obviando los stop y los semáforos. “Van a todo trapo por la calle Bajete, sin que les importe que haya gente o no”, manifiestan.
Aunque han dado parte de estos hechos a la Policía Local, lamentan que no les hacen caso, mientras que el problema, que ya viene de lejos, va cada día a más. Por esta razón, están viendo la forma de reunirse con el comisario de la Policía Nacional para intentar poner remedio. Tienen claro que hay unos culpables directos de todo esto: los padres de los niños por no pararles a tiempo.
