¿Y ahora qué?

No han pasado ni siquiera dos meses y ya Izquierda Unida y el PSOE están mostrando una cara totalmente distinta a la que presentaron de cara a las elecciones de todos los andaluces. Si hace apenas unos meses la batalla contra el Gobierno de Rajoy era descarnizada, con multitud de "soldados" en la calle vociferando en contra de lo que decían era el mayor ajuste de derechos sociales de la historia de España.

Si hace apenas unos meses se prometía que el PSOE y los comunistas eran capaces de hacer las cosas de otra forma. Ahora resulta que la primera medida que toman es justamente lo que tanto tiempo llevan criticando. ¿Y ahora qué? De quién es la culpa ahora. ¿También es de otros? Seguramente ahora le echarán la culpa a Rajoy para justificar las medidas de ajuste. El fondo del asunto no es sólo el fondo sino también la forma.

Al PSOE ya le conocemos en Andalucía y España, ya sabemos que es el partido del paro, de los amigos, de los hijos, de los primos y de los sobrinos, a nadie le sorprende su forma de actuar. Pero lo de Izquierda Unida ya es de nota. Los que llevan años vendiendo el humo de una sociedad comunista e ideal ahora, tras el reparto de los sillones, se desmarcan de su ideología y de la noche a la mañana están dispuestos a renunciar a sus principios "por imperativo legal". Emulando al mayor de los hermanos Marx, "estos son los principios de izquierda Unida pero si hace falta lo cambian y tienen otros".

La realidad es la que es, pero lo que no es ni razonable ni justo es intentar escurrir el bulto y que el futuro de nuestra tierra se base en un reparto de sillones entre el PSOE e Izquierda Unida. No han pasado ni siquiera dos meses y ya le hemos visto la cara al PSOE y a los comunistas. El mundo feliz por el que luchaban en la calle, se ha esfumado de la noche a la mañana. Griñán se baja un 5% el sueldo mientras plantea la bajada del 15% a los funcionarios interinos. Esa parece ser la verdadera ideología del PSOE, "pedir a los demás lo que no están dispuestos a hacer ellos".

En Jerez ya les conocemos, han pedido bajar los costes políticos del gobierno cuando ellos gastaban casi cien millones de pesetas más al año, con casi treinta asesores políticos procedentes del comité del partido y reclamando que se les pague una deuda que ellos mismos generaron. Ya está bien, al pan pan y al vino vino. No vale vender socialismo y comunismo y después vivir como marqueses. Eso es una estafa. Muchos dicen ser socialistas y comunistas pero visto lo visto ¿ahora qué?