Este lunes fueron al médico y la herida de su pequeño en la nariz evoluciona bien. Parece que los antibióticos y la crema le están haciendo efecto, pero llega la noche y Carolina entra en pánico. No se le borra de su cabeza la imagen de su bebé con la nariz llena de sangre cuando encendió la luz alertada por sus gritos y el llanto. Lo peor vino después, cuando comprobó que no se trataba de la mosqueta, sino que a su niño le había mordido la rata que salió del cuarto cuando su padre entró en la habitación asustado también por el llanto de su nieto.

Según relata a VIVA JEREZ, los hechos se produjeron la noche del viernes, en la casa de sus padres, en un bajo de la Plaza Ronda, en la barriada de La Granja. Carolina, su marido y sus tres niños viven muy cerca, en la Plaza Grazalema, pero decidió quedarse esa noche allí por un problema con su techo del cuarto de baño. “Mi vecino de arriba tenía un atasco, y se estaba mojando mi baño, así que se abrió un boquete en el techo y a mí me daba miedo dormir esa noche en casa con los niños, por si de allí pudiera salir algún bicho”, explica. Entonces no podía imaginarse lo que tenía por delante. 

Carolina tenía que madrugar, se levantaba a las seis de la mañana para trabajar, por lo que a las once y media de la noche ya estaba acostada con sus tres hijos en una cama nido. “De repente mi niño de un año metió un chillido muy grande y se puso a llorar. Encendí la luz y vi que tenía la nariz llena de sangre. Pensé que se había dado un golpe durmiendo y que era la mosqueta, pero al abrir la puerta mi padre para ver qué es lo que estaba pasando, vimos salir una rata entre sus piernas”, señala.

En ese momento no pensó que esa rata, a la que por su tamaño describe “como un conejo”, era la responsable de la herida de su hijo. “Mi padre llamó a mi marido y la mataron corriendo pero yo lo que pensé es que la rata había salido del cuarto…”, cuenta. Fue limpiando la sangre a su pequeño cuando reparó bien en lo que había ocurrido. “Me di cuenta de que la sangre no le salía de la nariz, sino de arriba, se le ven los dos dientes clavados”. Rápidamente se fueron para el Hospital de Jerez para que lo examinaran.

Allí le dijeron que después de todo había tenido suerte, porque no había sido un mordisco fuerte, sino más superficial. “Si hubiera sido más fuerte le arranca un trocito de carne, ahora lo que tiene es la marca”. Tras desinfectarle la herida, en el hospital le pusieron un tratamiento de antibióticos y descartaron la vacuna antitetánica por su corta edad.

Todo ha quedado en un susto, pero ha sido la gota que ha colmado el vaso en la barriada, donde “están hartos de llamar al Ayuntamiento” avisando de este problema. Según denuncia Carolina, sus padres y sus vecinos llevan tiempo alertando de la presencia de ratas y roedores en la plazoleta sin que nadie les haya hecho caso. “Es que el techo de baño de casa de mis padres es de pladur y se oye cómo pasan las ratas...mi madre está cansada de decirlo. En la plazoleta están los niños jugando y ves pasar a las ratas y eso es asqueroso. Algo hay que hacer y ya con lo que me ha pasado a mí…”, se lamenta.

Este lunes ella misma ha enviado por correo otro escrito narrando los hechos al Ayuntamiento y con el informe médico de su hijo. Y no piensan parar. En casa de sus padres siguen asustados. “Es que mi madre después de lo que ha pasado hasta se plantea irse de su casa después de más de 40 años. Tienen que hacer algo ya", concluye.