En la plaza de toros La Montera de la Villa de Los Barrios se celebró la corrida de toros mixta en la que se lidiaron reses de Bohórquez para el rejoneador Diego Ventura, que fue aplaudido en su primero. Su segundo, de la misma ganadería, nada más salir al ruedo derrotó en el burladero, cayendo fulminado, teniendo que ser apuntillado. En su lugar, salió un sobrero de la misma ganadería, al que el excelente rejoneador le cortó las dos orejas.
En lidia ordinaria, se lidiaron cuatro excelentes ejemplares de la prestigiosa ganadería de los hijos de Antonio Gavira, por los diestros David Fandila El Fandi, que le cortó a su primero dos orejas, y a su segundo, de nombre Cartucho, marcado con el número 1, las dos orejas y el rabo simbólicas, al ser indultado.
Por su parte, Salvador Vega cortó a su primero dos orejas e indultó a su segundo, lidiado en sexto lugar, de nombre Barrendero, marcado con el númeo 94, siéndole concedidas las dos orejas y el rabo simbólicas.
La plaza registró más de media entrada, siendo presidido el festejo por José Oviedo Arca, realizando las funciones de asesor taurino el matador de toros barreño Maunel Muñoz Sevillita.
El festejo
Diego Ventura, una vez más, demostró el por qué ocupa el primer lugar del escalafón de rejoneadores. En su primero, hizo ya una lección de toreo a caballo, y perdió los trofeos al fallar con los rejones, pero en su segundo, estuvo cumbre, siendo muy aplaudido, cortándole las dos orejas al de Bohórquez, y saliendo a hombros.
David Fandila El Fandi formó un lío impresionante a su primero de Gavira, de nombre Florón, el que, para mi modesto entender, fue sin duda alguna el mejor toro de la tarde. Sin embargo, hubo poca afición, tanto por los espectadores como por la presidencia, al no habérsele ni aplaudido en el arrastre cuando se merecía más que una vuelta al ruedo, siéndole concedidas las dos orejas. El Fandi, sin embargo, indultó a otro excelente ejemplar lidiado en quinto lugar, toreándolo muy variadamente tanto con el capote como con la muleta.
Salvador Vega estuvo voluntarioso y aseado en su primero, tanto con el capote como con la muleta, y le concedieron las dos orejas. Con el que cerró plaza, un excelente ejemplar, lo indultó debido a la casta, raza y bravura del de Gavira. Al final, los toreros, el rejoneador y los ganaderos salieron por la puerta grande.