La puesta en servicio del tranvía de Jaén se convirtió desde 2011 en una trinchera de la guerra PP-PSOE en Jaén. Tanto el Ayuntamiento de Fernández de Moya y de Javier Márquez, como la Junta de Chaves, Griñán y Susana Díaz manifestaron durante años que el tranvía de Jaén no era una prioridad para ninguno, ante el perjuicio para las instalaciones, el trazado y los ciudadanos.
Por un lado, el Ayuntamiento siempre mantuvo que el coste del sistema tranviario no podía ser asumido por las arcas municipales, con un Consistorio en quiebra técnica con la mayor deuda viva de todo el país. En enero de 2013 el alcalde José Enrique Fernández de Moya ofreció una rueda de prensa en la que situó los costes del tranvía por encima de los cinco millones de euros. Esta cifra correspondía al informe realizado por Ferrocarriles de la Generalitat de Cataluña (FGC). Sin embargo, De Moya nunca hizo público el informe completo de FGC y la opinión pública tuvo que esperar dos años para conocer todos los términos de la oferta, una vez que fue filtrado a la prensa. De este modo, el escenario más rentable de ese estudio situaba el déficit de explotación del tranvía en 1,8 millones al año, además de la amortización anual por el coste de los vagones, que ese año, tras alcanzar un nuevo acuerdo con la Junta, era de 344.366 euros anuales. El cálculo de Ferrocarriles de Cataluña apuntaba a la reducción al 50% del número de vagones y de los costes de personal, con una demanda de 1,5 millones de viajeros al año y un precio del billete de 0,80 euros.
Ese mismo año, desde la Consejería de Fomento se insistía en que el coste del tranvía para el Ayuntamiento sería de 2,6 millones (2,3 millones por el servicio más los 300.000 euros anuales que se pagan por los vagones).
Las cifras era, pues, la mitad de lo que el Ayuntamiento trasladó durante años, basándose en el escenario más caro de la explotación y sin tener en cuenta otros ingresos aparte del billete. Otro informe esgrimido por De Moya, de la empresa 2iT, lanzaba el coste hasta los seis millones de euros.
Mientras tanto, el Consistorio gastaba anualmente alrededor de 2’7 millones de euros en la televisión municipal, con una plantilla de 52 trabajadores. En ese mismo periodo, el Ayuntamiento gastó en las facturas emitidas entre agosto de 2012 y septiembre de 2013 por la empresa zamorana Matinsreg (mantenimiento de urbano), según recoge el escrito de Fiscalía del juicio celebrado el pasado mes, 4.319.373,83 euros. Sin embargo, las arcas municipales no se podían permitir poner en marcha el tranvía.
Por otro lado, el gasto del servicio de autobuses urbanos rondaba cada ejercicio los 1’2 millones de euros.
Junta de Andalucía
Durante todo este tiempo, la Junta de Andalucía, gobernada por el PSOE, se negó de forma reiterada a declarar el tranvía de Jaén como medio de transporte metropolitano, tal y como demandaba el Ayuntamiento, algo que hubiera permitido a la administración autonómica entrar en los gastos de explotación y asumir parte del déficit del servicio público que construyó y en el que gastó alrededor de 120.000 millones de euros. Mientras la Junta negaba al tranvía de Jaén su condición de metropolitano, sí lo hizo con el de Málaga, cuyo trazado discurría íntegramente por suelo urbano. El coste para la Junta de Andalucía, según los datos barajados anteriormente nunca hubiera sobrepasado los tres millones de euros.
La Junta negó a Jaén esa cofinanciación de unos tres millones de euros, mientras en el presupuesto del año 2015 recogía 66 millones de euros para el metro de Málaga y 50 millones para el de Sevilla, ambos metropolitanos. Y no se trataba de inversión en obra pública, sino de gasto de explotación y déficit. Todo pareció disiparse con la llegada a la Alcaldía de Javier Márquez (PP) y a la Consejería de Fomento de Felipe López (PSOE), la entrada de Cs en la Junta, la declaración del tranvía como medio de transporte Metropolitano, y el acuerdo de financiación del déficit al 75% para la Junta y el 25% para el Ayuntamiento. Pero la alegría duró poco y nuevamente encalló en otra batalla, ahora por el coste de unos cientos de miles de euros del pago de los vagones una vez que comenzara a funcionar el tranvía. Otra vez la trinchera.