La calidad del aire en la capital es “mala” y la evolución de éste “peor” debido al sometimiento del aire a una “alta contaminación procedente del tráfico rodado”, que en la ciudad es “muy alto”. Así lo asegura el presidente de GEA, Manuel Ruiz, y se recoge en los datos facilitados a diario por la consejería de Medio Ambiente de la Junta de Andalucía, que detalla los niveles en las estaciones de ‘Las Fuentezuelas’ y de ‘Ronda del Valle’ de la capital.
El último dato registrado este miércoles es el del 19 de febrero, cuando la tabla de calidad del aire señalaba que los niveles de dióxido de azufre, monóxido de carbono, dióxido de nitrógeno eran ‘buenos’; el nivel de partículas ‘malo’, el de ozono ‘admisible’ y el global de la calidad del aire ‘malo’. Los registros señalaban que la situación era “mala” y la evolución “peor” por el nivel de partículas contaminantes.
Sin embargo, el mismo día del mes de enero, la situación era “buena” y la evolución “mejor”. Y es que las temperaturas influyen en el nivel de contaminación, que en Jaén es “muy alto por el intenso tráfico rodado” que soporta la ciudad, provocando que el aire “no tenga muy buena calidad” por el sometimiento a los gases contaminantes de la combustión de motores a explosión.
“Es imprescindible que funcione el tranvía y el transporte público de forma adecuada. El incremento del tráfico rodado es notable y no se corresponde con el volumen de la población de Jaén”, lamenta Manuel Ruiz.
Con la llegada del verano se produce el ozono troposférico, procedente de la radiación de los rayos ultravioletas con los gases contaminantes por la combustión. “Este ozono tiene efectos negativos sobre la salud. Las cantidades en Jaén no suelen ser preocupantes porque vayan a producir un daño en la población, pero indican que el aire no tiene buena calidad”, aclara.
En la actualidad, las temperaturas recuerdan a los niveles contaminantes del verano y eso es “preocupante”.
El funcionamiento del tranvía supondría 500.000 vehículos menos al año y evitaría la emisión a la atmósfera de unas 600 toneladas de gases, según datos de la Consejería de Fomento. Un vehículo medio con combustible derivado del petróleo emite una combinación de más de mil sustancias contaminantes.
Las partículas en suspensión, las generadas por los vehículos diésel, son uno de los contaminantes con mayores efectos negativos sobre la salud.
