Cuando musicalmente un tema salía, Lola les quería y hoy les sigue queriendo, después de 26 años desde que en la capital viera la luz un grupo de pop-rock ya histórico, con un público fiel y un repertorio musical que engancha y llega renovado con nuevo disco.
El popular tema ‘Lola’ de The Kinks marcó la vida de cinco jóvenes músicos, todos jienenses, que allá por 1991 decidieron lanzarse al panorama musical, con letras y música que ya son himnos en la ciudad. “Cuando un tema nos salía, decíamos Lola nos quiere, y nos decidimos por ese nombre, en homenaje a una canción de la década de los noventa que nos llamó la atención”.
Así lo recuerda David Cárdenas (Jaén, 1972), vocalista del grupo desde sus inicios hasta 1994, cuando tuvo que dejarlo por motivos personales. Pero abandonó los escenarios, nunca el sentimiento hacia un grupo con el que este 2017 celebra el décimo aniversario de la vuelta a los escenarios. “El grupo nunca se rompió. Paramos y volvimos. Ahora somos más maduros y los temas están más pensados y mejor trabajados”, reconoce Cárdenas, sin desmerecer la etapa anterior, en la que ‘Lola nos quiere’ aportó “temas muy frescos”.
Después del éxito de ‘Abre el cajón’, el primer disco del grupo en su regreso, los músicos de ‘Lola nos quiere’ están inmersos en su nuevo disco, ‘Plan de evasión’, que también es el nombre de uno de sus temas, defendiendo así la música como el plan perfecto para escapar de todo. “La música ayuda a las personas y es nuestro plan de evasión”, reconoce.
El nuevo disco verá la luz, “como muy tarde”, a principios de diciembre. Sus seis temas abarcan el pop y sonidos electrónicos, con un toque “más agresivo”. Ahora están grabando el primer videoclip, del tema que da nombre al disco.
Los músicos de ‘Lola nos quiere’ siempre tuvieron claro que la música tenía que ser “un desahogo y una diversión”. David Cárdenas, en nombre de Toni Ruiz (batería), Alberto Romero (guitarra solista), Juan Luis Martínez (guitarra arrítmica) y Manuel Serrano (bajista) reconoce que el secreto para mantenerse en el panorama musical jienense como una banda histórica es “pasárselo bien haciendo música”.
Desvela que “no hay que agobiarse si de música se trata”, que “no puede haber sufrimiento” y que “si no te lo pasas bien, no llegas al público en el concierto”. Pero ellos transmiten muy buen rollo en el escenario. Este año lo han hecho en el Oktober Fest y en el Festival Go Rural. En 2016 fueron los teloneros de ‘091’. “Nos sentimos muy queridos en Jaén”, confiesa.
Se deben a su público, “una legión de fieles” que siguen ahí, a los que se van sumando nuevas caras. “Nuestro público no ha cambiado y cada vez somos más”, agradece David Cárdenas.
Y así seguirá siendo con canciones como las que presentan en este nuevo trabajo discográfico, en el que abordan “temas muy actuales”, como la corrupción en la política, con canciones como ‘Pájaros’, o las irrealidades de las altas clases sociales, como sonará en ‘Descomposición’. “Todos participamos a la hora de componer, cuando queremos alolizar las canciones”, dice.
La música es el plan de evasión de David Cárdenas desde que empezara en este mundo, allá por el año 1987, en el grupo ‘Dirección prohibida’ y más tarde con ‘Los gritos’. Desde entonces, la música lo ha evadido de su día a día, de su bendita rutina como empresario en el mercado de ‘San Francisco’. “Soy un frutero que tiene la música como un hobby. Vivo de vender en mi puesto. De la música no se puede vivir”, reconoce el vocalista.
Sin embargo, también ‘trabaja’ para conseguir la profesionalidad que se requiere en un escenario, en el que se transforma como un tipo elegante, con esa indumentaria que identificó al grupo durante años: traje de chaqueta negro, corbata y camisa blanca. “Hacemos música porque es como una adicción para nosotros. Estamos deseando que lleguen los ensayos para juntarnos. En el concierto, antes de pisar el escenario hablamos y el subidón de adrenalina es incomparable cuando empezamos a sonar”, afirma.
No es ajeno a las oportunidades musicales que ofrece la capital y lamenta la “escasez de salas” para tocar en una ciudad con una “gran variedad de bandas” y músicos “serios” que hacen “muy buena música”.