Agentes del Servicio de Protección de la Naturaleza de la Guardia Civil (Seprona) están investigando un vertido al Río Frío, a su paso por el paraje de Los Cañones, en el término municipal de la capital.
Según fuentes del Cuerpo, los agentes inspeccionaron la zona el pasado lunes y ayer volvieron al terreno, donde comprobaron que el vertido es “real”, tal y como se ha denunciado estos días a través de imágenes fotográficas difundidas en las redes sociales. “Estamos comprobando qué tipo de vertido es y dónde tiene su origen”, reconocieron las mismas fuentes.
Las denuncias ciudadanas sobre el vertido partieron al ver el color oscuro del agua y el fuerte olor a alpechín u orujo que desprendían las mismas. Entre otros colectivos, la situación fue denunciada por el Grupo de Ecología Activa (GEA) de Jaén.
Al cierre de esta edición, la Guardia Civil aún desconocía el tipo de vertido. “En esa zona hay pocas posibilidades de vertido”, afirmaron, por lo que los resultados no se retrasarán en el tiempo.
Además, en la tarde de ayer ‘Ciudadanos Jaén’ emitió un comunicado en el que pedía una aclaración “urgente” acerca del culpable del vertido que “está contaminando el río Frío”, a la vez que reclamaba una sanción para que no vuelva a ocurrir.
Por otra parte, Ecologistas en Acción denunció ayer que grupos de motocicletas de enduro “destrozan senderos y montes públicos” de Jaén durante los fines de semana, por lo que han solicitado medidas a la autoridad competente, especialmente a los técnicos de la Consejería de Medio Ambiente y los agentes del Seprona.
La organización expresó en una nota su preocupación por una “situación que se está haciendo cotidiana, pero que es ilegal y provoca graves daños” en estos espacios naturales situados en los alrededores de la capital.
En este sentido, hizo público un vídeo en el que se ve cómo “un gran grupo de motocicletas de enduro campan a sus anchas en las cercanías del casco urbano, en un espacio totalmente prohibido a este tipo de vehículos, por el tremendo daño que provocan”.
Lamentaron que “especialmente grave es el destrozo en los senderos y en el propio bosque al abrir éste y descarnar el terreno indiscriminadamente destruyendo la vegetación existente”, señalando los ruidos de la motocicletas y cómo afectan a la fauna de la zona.