Pasadas las citas electorales, parece que el proyecto de Jabalcuz no cae en el olvido y el compromiso se afianza definitivamente
Tiene Jaén, sus administraciones, sus políticos y sus vecinos, una deuda pendiente con Jabalcuz, uno de los parajes más bellos de la ciudad, que en su día la maldita especulación urbanística cinceló a su gusto para vergüenza de todos los jienenses. Ahora, el proyecto que se anunció antes de las Elecciones Autonómicas parece que avanza (al ritmo de Jaén, eso sí) y es el momento de aplaudir la iniciativa de Medio Ambiente de la Junta, que finalmente, tras la tropelía municipal de los últimos años, ha sabido y querido sacudirse las guerras partidistas y apostar por la recuperación de las termas de Jabalcuz, que a principios del siglo pasado fueran, junto a las de Marmolejo (en este caso sus aguas) muy apreciadas en todo el país. Podrá por tanto Jaén saldar una asignatura pendiente con el turismo del siglo XXI y recuperar lo que queda de este singular paraje apenas a unos minutos de la ciudad en el que varias generaciones crecieron entre juegos y dicha. Bienvenida será también la recuperación de Los Cañones, otro paisaje esencial para el turismo de Jaén, olvidado, sepultado y denostado durante décadas desde que su piscifactoría cayera en desuso. Y no estaría de más, que en esta locura inversora atípica en esta tierra, los jienenses pudieran disfrutar también de la histórica aldea de Otiñar. ¿Sería mucho pedir? Pues no.