Los aceites que se pongan a disposición del consumidor en los establecimientos de hostelería, restauración y en los servicios de catering deberán presentarse en envases etiquetados, estar provistos de un sistema de apertura que pierda su integridad tras su primera utilización y disponer de un sistema de protección que impida su rellenado una vez agotado su contenido original.
Los consumidores se muestran a favor de la medida porque aseguran que se garantiza la “calidad de los aceites y se evitan los fraudes”, recordando que en una provincia como Jaén “debería de haber llegado antes”. Los jienenses preguntados por VIVA JAÉN reconocen que en más de una ocasión han consumido un aceite de baja calidad y que el uso de las aceiteras rellenables nunca ha garantizado que el aceite de oliva sea virgen extra. Ahora, con monodosis o botellas irrellenables, los consumidores aseguran que sabrán qué aceite consume.
Sin embargo, el sentir de los hosteleros es dispar. El presidente de la Asociación de Bares, Restaurantes y Cafeterías (Asostel), Gabriel Archilla, reconoce que la medida garantiza la calidad y que es necesario para el reconocimiento del aceite de oliva virgen extra, pero a la vez asegura que el sector está “muy preocupado”.
En la actualidad los hosteleros aseguran que están en conversaciones con los proveedores para ver por qué se deciden, sin monodosis o botellas, pero temen el encarecimiento del producto y por ende el del precio final de un desayuno, por ejemplo. “Hay que conseguir que las envasadores dejen el producto a un precio razonable y si se encarece que sea un incremento muy razonable” dice Archilla.
Entre los hosteleros de la capital la preocupación es la nota predominante. Miguel Ruiz Castillo, de la Cafetería La Antigua, reconoce que “siempre” ha apostado por la “calidad” en sus productos y que la medida va a hacer que se incremente por tres el precio del aceite para el empresario y finalmente repercutirá en el consumidor.
Igualmente, José Antonio Ocaña de la Casa, del Bar Camarín, no está de acuerdo con la retirada de las aceiteras porque siempre ha ofrecido un aceite de calidad y reconoce que los precios se incrementarán para el empresario y para el consumidor.
Sea como fuere, los aceites de oliva y los de orujo de oliva adquiridos por el sector de la hostelería, restauración y catering antes del 1 de enero de 2014 podrán seguir poniéndose a disposición del consumidor final hasta el 28 de febrero del próximo año.