No hay entradas libres ni huecos en los pasillos para disfrutar de uno de los actos más relevantes del Carnaval Colombino. No hay seguidor de esta fiesta que no acudiera a la cita en el Gran Teatro de Huelva para disfrutar de otra de las composiciones de uno de los más afamados copleros de nuestra ciudad; en otra versión, en otras circunstancias, sin los parapetos de un concurso, pero con el mismo dilema de cada febrero: los jurados y jueces, y por supuesto el objetivo de juicio: su amor al carnaval.
Aunque en esta ocasión, Antonio Cabezas Reyes, quien “se hizo un hombre por las calles”, hoy nuestro pregonero, le otorgó a dichos jueces ciertos cambios un tanto canallas, que marcaron la esencia de otro de los grandes pregones que pasará a la historia, como así lo hizo su chirigota, ‘Presuntamente presunto’.
La osadía no tiene rival cuando hablamos de Antonio Cabezas, un autor “de choquitos y caballas”, que tras recibir la insignia de oro del Carnaval Colombino, convirtió el escenario del Gran Teatro en un juicio, donde se valoró a él mismo desde distintos frentes y en los distintos formatos y modalidades, mostrando durante todo el pregón su más que conocido recorrido por estas fiestas. Él siempre fue ‘Un quijote con mil batallas perdías’', como ya comentó su más admirado rival, Jesuli Perojil.
Buena música, buen humor, dinámico y muy activo, nos trajo este jueves en el Gran Teatro pasodobles que serán recuerdos imborrables con versiones exquisitas, que fueron las delicias del público en voces magistrales como Argentina, Juanlu de Marismeños, Juan Márquez o Dani Cordero, sin olvidarnos de Pedro Vinagre, Juan Francisco Palacios, Rosita Molina, Joaquín Brito, José Carlos Roca, Víctor Quintero o Manuel García, y un sinfín de conocidos carnavaleros como Pepe Alvarado, Nono, Jesuli Perojil, etc.
Un pregón creado a su medida que pone, según palabras del propio autor, el punto y final a una etapa carnavalera que marcó gran parte de su vida y que, a modo de juicio, ha querido plasmar en este magnífico pregón. !Culpable! Así concluyen sus compañeros que compartieron momentos de su vida carnavalera, desde aquellos ‘Independientes’ chirigoteros hasta los más actuales, en un final cargado de emotividad, en el que se despide y no sólo del pregón, también de los escenarios. El último Quijote coplero, Antonio Cabezas Reyes, concluye su etapa dejando un buen sabor de boca, pero una amarga sensación de pérdida, difícil de superar.